ENAMORADO

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--Entonces aceptó salir contigo.

--Ajá.

--Y me imagino que debes estar saltando en un pie.

--Como no tienes idea.

Yokozawa detuvo su andar para mirarlo a la cara. Aparentemente no había ningún cambio o indicio de emoción en su rostro, pero lo conocía bien y esos ojos color avellana no lo engañaban. En su mirada se podía apreciar un brillo especial; eran unos ojos anhelantes, alegres, casi risueños. Claramente dentro de él escondía a un Takano Masamune radiante, bailando y brincando de alegría. Pensó que sería capaz de pagar cualquier precio con tal de verlo, pero la actitud seria y formal de su amigo siempre había sido intachable y dudaba mucho poder tener la oportunidad de contemplar a un ridículo enamorado.

--Masamune, no quiero aguar tus planes ni cuestionar tus decisiones pero no creo que sea lo correcto. Al menos no por ahora.

--Puede que tengas razón.

--De hecho, la tengo.

--Tal vez, pero necesitaba saber si valía la pena conservar estos sentimientos-- Yokozawa lo miró confundido. --Mira, soy un hombre adulto, tengo un trabajo estable y soy completamente independiente. He tenido parejas ocasionales porque nunca sentí nada real por nadie. ¿No crees que si creo encontrar a la persona indicada, al menos merezco intentarlo? Me estoy enamorando por primera vez y no pienso perder antes de arriesgarlo todo.

--Lo entiendo, pero ¿qué te costaba esperar unos meses más? Cuando el chico salga de aquí podrás hacer lo que quieras.

--Es mucho tiempo.

--¿No que su tratamiento iba bien? Pensé que estaba mejorando.

--Lo hace. Cada vez va recobrando la movilidad con mayor normalidad.

--¿Entonces?

--Es mucho tiempo para mí.

--Masamune, no me digas que esto se trata de que no puedes seguir manteniendo tus manos alejadas de ese muchacho-- lo miró con reproche.

--Ese no es el punto-- dijo endureciendo la mirada para que su amigo no descubriera que había dado justo en el clavo --En todo caso, las cosas ya están hechas y no pienso dar vuelta atrás.

--Entonces debes ser cuidadoso. Nadie debe darse cuenta de lo que sucede o podrías meterte en un gran lío.

--¡Buenos días, Takano-san! Yokozawa-san-- salió de la nada una voz femenina que sobresaltó a los doctores.

--Te lo dije. Las paredes tienen oídos por aquí-- susurró.

--Erika, qué tal. Buen día-- saludó Takano ignorando el último comentario de su amigo.

--Qué tal, Erika-- agregó Yokozawa.

--Me alegra encontrarlo por aquí, Takano-san. Justo quería agradecerle por el libro que me recomendó el otro día. Me fue de mucha utilidad.

--Qué bueno, Erika. Entre colegas nos ayudamos siempre.

--Sí, claro-- sonrió --Y... estaba pensando si, no sé... un día de estos podemos salir a tomar un café mientras discutimos algunos temas.

--Me encantaría, pero sabes que no dispongo de mucho tiempo.

--Oh, claro, comprendo. Aunque si lo prefiere, puedo acompañarlo a cenar. Así comemos juntos y de paso no tiene que mover sus horarios por mí.

--¿Cenar? Bueno, normalmente ceno en la cafetería de forma apresurada pero...

--No, no, me refería en su día libre-- añadió --Conozco un buen restaurante por el centro de la ciudad que seguro le encantará.

GRACIAS A TI -yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora