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La segunda vez que lo vio fue en el parque principal de Seúl, donde se celebraba una bonita festividad y montones de puestos fueron armados con el fin de casi regalar sus productos

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La segunda vez que lo vio fue en el parque principal de Seúl, donde se celebraba una bonita festividad y montones de puestos fueron armados con el fin de casi regalar sus productos.
Fue esa segunda vez en la que se armo de valor para acercarse, no fue lo que pensó que sería.

No cuando lo vio sostener una enorme pila de libros que cubrían su vista lo que provocó que cayera de bruces al suelo, Johnny pudo compararse con su madre cuando a uno de sus hijos le pasaba algo.

Rió cuando recordó sus desesperados pasos se apresuraron para rescatarlo.

Fue cuando se agacho a su altura que vio por primera vez sus ojos.

Esos hermosos ojos casi aperlados.

Era ciego.

El chico bonito era ciego y Johnny sintió una enorme carga en sus hombros.

Sin embargo intento ignorarlo para ofrecerle su ayuda, ayudándolo a levantarse, el más bajo había sonreído tímidamente a un lado de forma apenada.

—Gracias—. Si su sonrisa era bonita, su voz era preciosa.

—¿Quieres qué te acompañe? No creo que puedas llevar esto en tu condición.

Johnny se arrepintió de haber dicho esas palabras cuando el semblante tímido se volvió oscuro.

—Soy ciego. No estúpido.

Había bramado enojado el delgado chico, quien intento tomar todos los libros torpemente de los brazos fuertes de Johnny.

—No... espera. No quise ofenderte yo...

—Te da pena un pobre ciego. Lo sé, nos creen tan inútiles por la falta de vista que nos consideran cargas. No soy una carga señor.

Exclamo enojado y a Johnny se le olvido su heterosexualidad. Se había enamorado.

Porque ese chico era fuerte y fascinante.

—Solo quería ayudar a un bonito chico a llevar sus libros y acompañarlo a casa—. Comenzó hablar haciendo sonrojar al mayor–. Así tendría una escusa para pasarme ahí, quizás obtener su número, un par de citas y hacerlo mi novio.

Johnny pensó, que no había cosa más hermosa en el mundo que el bonito chico de los libros sonrojado.

—Tengo que irme—. Exclamo avergonzado y Johnny se rió.

—Soy Seo Johnny.

—Adiós Johnny.

Arrebato los últimos dos libros y corrió fuera del alcance del pelinegro.

A pesar de ser ciego tenia determinación y no parecía alguien que se dejara dominar o se perdiera. Incluso parecía conocer más el lugar que él, pues lo vio esquivar gente, puestos, árboles y bancas de forma ágil.

Johnny pensó que esta vez de verdad no lo volvería a ver y que era un imbécil por no seguirlo y obtener su número.

Pero de nuevo lo ignoro.

Pero de nuevo lo ignoro

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Johnyong_MI BONITO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora