░⃟☪︎ | Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝟷

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La nieve caía lentamente, como una pluma guiada por el viento, sin duda era algo hermosos de ver, pero también traía un frio cruel consigo, sobre todo para aquellos que no tenían un lugar en el que refugiarse, alguien como yo.

Había decidido escapar de casa en un mal momento, mas tenía que hacerlo; papá había vuelto a tomar y como era de esperarse solo volvió a casa para seguir tomando una vez que lo echaban del bar, siempre era igual. No habría ningún problema en que papá llegara así, podía soportarlo, pero no soportaba los golpes sin cesar que venían de él, un gusto que había adoptado después de la muerta de mamá, un gusto que se intensificaba con el alcohol.

Pude escapara tras los primeros golpes, y ahora no podía volver, no hasta que cayera dormido o que se quedara inconsciente por el alcohol, lo que suceda primero; lo que tal vez sucedería en unas dos o tres horas más. Ya había pasado unos treinta minutos – maso menos – desde que escape de casa, solo tenía que esperar un poco más e intentar no morir congelada.

Pensaba ocultarme bajo la cúpula de juegos en el parque que estaba no muy lejos de casa, apenas me cubría de las corrientes de frio que corría tan intensamente.

Empezaba a cerrar los ojos, el sueño empezaba a dominar mi cuerpo, justo cuando empezaba a caer en el profundo mar de los sueños escuche pasos que se acercaban para después detenerse. Y una voz se escuchó.

- Si te quedas dormida, morirás niña – no sabía desde que momento pero había empezado a temblar, y aun así trate de mirar hacia la dirección de dónde provenía, lo mire – porque mejor no regresas a tu casa, ya es muy tarde, además estas temblando... mucho.

Un niño de cabellos blancos y piel oscura no mucho más grande que yo – el cual parecía tener mi edad - estaba parado no muy lejos de mí viéndome desde uno de los agujeros de la cúpula de juegos.

- No puedo – dije con mi voz apenas audible que dude que me hubiera escuchado, sin embargo lo hizo.

- Entonces sal de ahí, te llevara a otro lugar.

Dijo, mas no me moví.

- Vamos – insistió al ver que no hice el intento de moverme de donde estaba – morirás de hipotermia si te quedas ahí, además está anocheciendo cada vez más.

Y una vez mas no me moví, no porque no quisiera, sino porque no podía, sentía que si me movía terminaría por desaparecer el poco calor que existía en aquella posición. Sentada y abrazando mis rodillas. O quizá simplemente me causaba algo de desconfianza, nadie podía quitar que podía hacerme daño, aunque solo fuera un niño.

- Eh, aun por aquí – ante mi silencio sin respuesta, una voz, que no era el niño que esperaba a que saliera, se hizo presente – pensé que ya habría llegado.

- Hmm... me entretuve con un gatito perdido – le respondió él, dirigiendo su mirada hacia el que le había hablado.

- Ah, ¿un gato?

- Si, el cual morirá si se queda ahí.

Abrace mis rodillas al escuchar aquello último, ciertamente tenía razón, podría morir si me quedaba ahí, moriría gracias al frio que no hacía más que aumentar conforme pasaba el tiempo.

Definitivamente moriría por hipotermia, como él había dicho.

Y gracias a esa conclusión a la que había llegado – y porque no quería morir – decidí salir por fin de mi escondite, sin importar que el calor que mantenía despareciera lentamente. Me moví como pude, y con eso quise decir que gatee la salida, por donde entre, donde se encontraba aquel alvino.

- Al fin decidiste salir – dijo él, al verme salir – vamos levántate.

Me tendió su mano, y así la mantuvo hasta que yo decidiera tomarla, lo cual no hice, y sin ánimos de querer esperar a que yo decidiera tomarla, él lo hizo primero, agachándose para tomar mi mano para después de un tirón levantarme.

❍┇𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 ━ 𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐓. 𝐑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora