Russian Roulette [Evan Peters]

Capítulo 3: La primera muerte.

El hombre del traje blanco señaló a nuestra derecha. Ahí, habia lo que aparentemente era un espejo, pero que con un chasquido de dedos del hombre se convirtió en un cristal, con un chico encerrado dentro. 

— Este es el chico que no superó las pruebas. ¿Sus motivos para morir? su novia le había engañado. Seamos sinceros, eso es una putada pero ¿acaso merece el suicidio? ¿acaso no lo han superado muchas personas? En fin, el chico insistió en que quería entrar así que...

Las paredes de la sala donde estaba el chico se comenzaron a estrechar, como si se tratara de una trampa de ciencia ficción. Moriría aplastado en cuestión de segundos.

— ¡NO! ¡SACADME DE AQUÍ! ¡AYUDA! ¡PARAD ESTO! —dijo el chico, aporreando el cristal.

Su cara reflejaba pánico extremo. Le quedaba menos de un metro de espacio, y las paredes seguían juntándose. Al cabo de unos diez segundos, las paredes le aplastaron. Sus huesos se rompieron, empezando por las costillas, haciéndolo puré.

Cuando las paredes se separaron de nuevo, no quedaban más que restos humanos triturados. Podias ver partes de cerebro e intestinos mezclados con sangre.

— Podríamos decir que la curiosidad mató al gato —se rió el hombre.

Miré a los demás. Miradas frías, apuntando al suelo.

— Chicos, chicos, no estéis tristes. ¡Cada muerte es una oportunidad más de salir con vida!

— ¿Cual es el punto de salir con vida si estamos aquí porque queremos morir? — gritó el chico que tenía al lado.

— Buena pregunta chico. Está claro que queréis suicidaros, pero por algún motivo, no lo habéis hecho. Y ese motivo seguramente sea vuestra falta de valentía para afrontar la muerte ¡y nosotros estamos aquí para daros ese empujón! —dijo, riéndose— pero, si por algún motivo ganáis a los demás, conseguiréis un millón de dólares. ¡Y no solo eso! Evan Peters, el ganador de la antigua edición del club está dispuesto a casarse con el ganador o ganadora. Y no creo que queráis rechazarlo —dijo, mientras un panel salía del techo y nos mostraba fotografías suyas. Y realmente no creo que nadie en la sala quisiera rechazarlo.

Lo que me hizo pensar en si todas las chicas de la sala eran heteros, y todos los chicos gays.

— Y sí, sé lo que estáis pensando. Todos sois bisexuales. Podría ser todo muy gracioso entre vosotros, si no fuérais a morir. Ah, y por cierto, saludad a la cámara.

— ¿Cámara? Se suponía que el club era secreto —protesté, incapaz de callarme.

— Lo es para la mayoría del mundo. Pero los altos gobernantes y mulltimillonarios están viendo esto.

— ¿Cuál es la función de todo esto? —dijo un chico, cabreado.

— Vuestra muerte, como habíais deseado. Y el entretenimiento de unos pocos, queridos. Y ahora dejémonos de charlas ¿estáis listos para empezar a jugar?

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Siento haber tardado tanto en subir. 

No sé exactamente como irá la historia, pero tengo planteado hacer una segunda temporada (sé que es pronto para decirlo peeeero).

Espero que os haya gustado, cualquier cosa me la comentáis

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