Amor A Primer Vista/TAEGI

011

"Este capitulo tratara sobre una situación que sucedió con Yoongi en el pasado"

09 de marzo. Pasado

Faltaba una hora para que Jackson viniera a buscarme. Abrí la puerta de la calle y salí. Hacía una mañana de niebla típica de Daegu; noté el frio cemento del porche en los pies descalzos. Me paré y cavilé. Había pensado preparar una represalia para los chicos, algo mordaz, pero me sentía extrañamente indulgente. Quizá fuera porque ya tenia dieciocho años -de repente todo había terminado para mi-, pero en cierto modo entendía lo que me habían hecho. Antes de marcharme.

Jackson se presentó a las diez en punto, tal como me había anunciado. Esperé en el porche, con una caja de carton encima de las rodillas. Había prendas halladas y robadas, algunas de mi talla. Jackson me iba a llevar  a un hogar de transición. Estaba en la lista de espera desde los diez.

-Feliz cumpleaños- me dijo cuando puse mi cajas en el asiento trasero del auto.

No respondí. Ambos sabíamos que podía ser mi cumpleaños o no.Mi primer informe judicial decía que mi edad era de unas tres semanas; la fecha y el lugar de nacimiento eran desconocidos. al igual que la identidad de mis padres biologicos. Me sentè delante, al lado de Jackson cerrè la puerta y esperè a que arrancara. Me abroche el cinturon de seguridad, pero el auto siguiò sin ponerse en marcha. Examine el techo del auto mientras esperaba a que Jackson dijera algo.

-¿Preparado?- encogí los hombros.

—Bien, ha llegado la hora—añadió —Tu vida empieza aquí. De ahora en adelante no podrás culpar a nadie más que a ti mismo—.

Apoyé la frente en el cristal de la ventanilla y vi pasar un paisaje
veraniego de montes polvorientos. 

Jackson tenía la mirada fija en la calzada. No vio cómo me desabrochaba el cinturón, bajaba la ventanilla y sacaba la cabeza hasta apretar la clavícula contra el borde de la puerta. Levanté la barbilla contra el viento y esperé a que Jackson me ordenara sentarme. Me miró, pero no dijo nada. Sus labios marcaban una línea recta y sus gafas de sol impedían apreciar la expresión de sus ojos.

Me quedé así, asomándome cada vez más, hasta que Jackson, sin avisarme, tocó un botón en su puerta y mi ventanilla subió unos centímetros. El grueso cristal me presionó el cuello. Metí rápidamente la cabeza, bajé del asiento y me senté en el suelo. Jackson siguió subiendo las ventanillas hasta que el silencio sustituyó al fragor del viento. No miró atrás. Acurrucado en la sucia alfombrilla, saqué un biberón rancio de
debajo del asiento del pasajero y se lo lancé. Le dio en el hombro y rebotó
hacia mí, derramando un charquito agrio en mis rodillas. Jackson no se
inmutó.

¿Será buena idea lanzarme del auto y correr?

—No debería decirte esto —empezó. Hablaba despacio, alargando las
frases para causar mayor efecto. Sacándome de mis pensamientos. Hizo una pausa y me miró. Yo miré por
la ventanilla, indiferente, y apoyé la mejilla contra el cristal —Pero creo
que mereces saberlo. Ésta es tu última oportunidad. La última, Yoongi ¿Me oyes?— No contesté —Cuando cumplas diecinueve años, las autoridades te declararán inadoptable y ni siquiera yo seguiré tratando de convencer a familias de que se queden contigo. Si esto sale mal, irás a un hogar tutelado tras otro hasta que te emancipes. Prométeme que reflexionarás sobre ello—

No había hecho nada para que me
rechazara la última familia adoptiva y sólo pasé una semana en el hogar
tutelado, hasta que Jackson fue a recogerme para llevarme con Veronica.

Pensé que era típico de Jackson hacerme sufrir para demostrar que tenía razón. El personal de aquel hogar tutelado era cruel. Todas las mañanas, la cocinera obligaba a una niña gorda y de tez oscura a almorzar con la camisa recogida, con la abultada barriga a la vista, para que se acordara de no comer demasiado. A mí sólo me escogió una vez y, como me habían abandonado al nacer, me libré diciendo: —Mi madre no quería tener un bebé—. Otros niños contaban las cosas horribles que les habían hecho a sus hermanos, o por qué eran las culpables de que sus padres fuesen drogadictos, y casi siempre lloraban.

Pero si Jackson me había llevado al hogar tutelado para que me asustara y me comportara, no había funcionado. A pesar del personal, me gustaba estar allí. Las comidas se servían siempre a la misma hora, dormía bajo dos mantas y nadie fingía quererme.

Y algo en mi hizo click, claro que es buena idea lanzarme del auto, no iba a una velocidad tan rápida, por lo que que solo recibiría uno que otro raspón. No se dio cuenta en que momento desabroche el cinturón de seguridad, pero tan pronto vi que pasábamos un pequeño pueblo, abrí la puerta del auto lanzandome de este, comencé a rodar hasta quedar a una distancia buena del auto de Jackson que al momento de ver lo sucedido dio un frenon que las llantas rechinaron. Me raspe las rodillas, codos y manos, me dolía la muñeca izquierda. Pronto paré de rodar, comencé a correr lo más rápido que mi cuerpo podía hacia aquel pequeño pueblo, estoy seguro que pueden pasar transportes que me lleven a seul y desaparecer de las vidas de los que no quisieron adoptarme y también la de Jackson.

Sus gritos se escuchan lejos pero desesperados por querer que me detuviera, pero ya estaba cansado, de todo, absolutamente. Pronto llegué al lugar y tomé un descanso estaba decidido a terminar con esto, ¿qué caso tiene seguir aquí? Si ni siquiera tengo algo por el que quedarme.

Pero algo llegó a mis oídos, no era un bicho, tampoco el viento, era una voz, una hermosa y angélica voz, no me había dado cuenta que mi celular había encendido la radio, pero ahí estaba, mi corazón se sintió muy bien, se sintió en paz, y como si todo hubiera estado acabado, eso hizo que cambiará de opinión, ¿el me salvó?.

¿Ustedes se lanzarán del auto también?

1Aquí esta otro capítulo, espero les haya gustado, mañana no estoy segura si subiré capitulo porque tengo que hacer proyecto, en caso de que lo suba, ustedes se darán cuenta. Por cierto he cambiado la portada.