(Narrador omnisciente)
El silbato del tren anunciaba la llegada del pequeño pecoso, junto con su mejor amiga, Guilia, nuevamente a Portorosso; había pasado dos años desde la última vez que estuvieron allí; el aroma del mar hacia que Luca sintiera una cálidez en el pecho, sin embargo no pudo evitar estrujar un poco su camisa al ver la torre, donde había vivido momentos inolvidables con Alberto.
¡Oh, Alberto! Con sólo pensar en el una sonrisa dulce y un sonrojo se hacían presentes en las mejillas de Luca; en todo ese tiempo separados ambos se enviaban cartas, donde contaban todas sus experiencias al cabo de ese tiempo; una de las primeras cartas que enviaron fue sobre "Luca en su primer día de clases y Alberto en su primer día como repartidor de pescado" cartas que de verdad les sacaron varias carcajadas.
Tras un tiempo de noticias alegres y divertidas, llegaron malas noticias para Alberto, donde por más que intento evitarlo lo único que pudo sentir era impotencia y enojo; ya que en esta relataba como el pequeño pecoso estaba siendo acosado por un chico un año mayor que él.
Sin embargo, lo único que podía hacer él de orbes esmeralda, era intentar calmar y animar con palabras dulces a Luca, comentando - " Que si el estuviera allí hubieran enfrentado juntos a ese que se atrevía a molestar a su Luca"-
Esto le sacó sonrisas al castaño, por lo que respondió -"¿Tú Luca?"- Con nerviosismo respondió Alberto en su siguiente carta "Quiero decir mi mejor amigo Luca, si eso, nadie te puede molestar, y que yo no haga nada al respecto"-
Por alguna razón la necesidad de protegerlo y estar a su lado no dejaban de aturdir a Alberto, por lo que intento trabajar el doble en la pescadería, e intentar comparar un boleto a Génova, e ir a defender al chico de cabello castaño, de aquel "pez gato Ingles* como le llamaban ambos para referirse a Alen; el chico rubio, de ojos grises, alto y de piel blanca; que molestaba a Paguro.
Al recordar todo lo que Alberto le decía en las cartas hizo que Luca, sonriera y soltara una pequeña risa; derrepente una mano tocó el hombro del castaño, este se asustó y soltó un grito, al voltear encontró a Giulia riéndose de él.
- ¿ En qué piensas ? - Giulia se sentó junto al castaño - Sabes no puedo esperar para ver a Papá, en su carta me contó que Machiavelli tuvo gatitos - Comentó emocionada la pelirroja, para luego fruncir el seño y recordar que Alberto ya les había colocado nombre a todos - Si Alberto no me dejo un gato para nombrar lo voy a colgar.
El castaño miraba las expresiones de su amiga con una sonrisa - Tranquila, sé que el no sería tan malo como para no dejarte uno para nombrar - sonrió.
Los dos amigos conversaban alegremente, hasta que se escuchó a lo lejos que habían llegado a Portorosso, la emoción en los ojos de Luca era única, tomó su maleta y el regalo que le habia comprado a Alberto, esperando que le gustase.
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Para el de cabello marrón y rizado todo había mejorado desde que fue adoptado; sin embargo con la partida de Luca sentió que algo le faltaba, había noches en las cuales miraba al cielo y empezaba a comentar que "si las estrellas enserio fueran anchoas, podrías tocarlas y se resbalarian de tus manos" esperando así escuchar la risa de Luca o algún cometario intelectual pero inocente que sólo podía lograr su Luca.
Bueno no estaba consciente de eso hasta que una tarde en la playa Guido, uno de los ex secuaces de Ercole lo llamo - ¡Hey! -Saludo el chico de ojos marrones - ¿Con quien hablas ? - solto una risa, que para el de ojos esmeralda, no fue tan dulce como la de Luca, pero animada para el ambiente.
- Te voy a contar un secreto, Guido - se acerca a este para susurrarle-me gusta contarle historias a las almejas, sino no pueden dormir - lo dijo con un tono graciosos y con sus sonrisa de todo está bien, esto no pasó desapercibido para su acompañante, que alrededor de este tiempo había visto como Alberto había cambiado, para bien, pues estaba más apuesto que hace 1 año.
- ¿Quieres compañía para contarles cuentos? - se empezó a reír y le dio un pequeño golpecito en el hombro al chico de piel canela - claro si no te molesta mi compañía.
- No me molesta, es más creo que sería bueno tener alguien con quien conversar - se acostó en la arena, Guido lo imitó; ambos vieron como el cielo empezaba a llenarse de estrellas - Sabias que una vez pensé que las estrellas eran peces brillantes - empezó a reír, y su acompañante hizo lo mismo.
- No te creo - regresó a ver el perfil de Alberto y un sonrojo se apoderó de él, No es que le gustará o algo, sino que su compañía era demasiado agradable y era fácil llevarse bien con él, después de que a Ciccio, lo enviarán a una escuela del otro pueblo y regresará cada 3 meses.
- Bueno, era lógico, pero en una de las cartas que Luca me envía, me explico todo sobre ellas - río al recordar esa carta- y luego me dijo que me iba a dar una clase completa cuando regresé, eso es lo que no espero con tantas ansias.
La sonrisa en el rostro de Guido seguía allí pero con un ligero cambio, que demostraba algo de decepción - Te lo puedo explicar, para que estés preparado.
-Gracias, sería bueno tener preguntas que hacerle a mi mejor amigo - se iba quedando dormido, al igual que Guido, pero para su suerte Massimo buscaba a Alberto y llevo a los dos chicos a casa.
Eso fue algo que pasó en el tiempo que Luca estuvo ausente, sucedieron otras cosas, pero tenía pensado contarselas personalmente al castaño.
Esa mañana se había levantado con gran energía e ilusión de volver a ver al chicos, esperaba que su nuevo look le impresionará, las turistas y Guido siempre le hacían cumplidos de como la pubertad le había alcanzado para bien; escucho un grito proveniente del piso de abajo, era su nuevo padre, quien llamaba para que fueran junto a a la estación, a lo que bajo con un paso rápido.
- Vaya - miro a su nuevo hijo - me hubieras informado que debíamos ir elegantes - soltó una carcajada - iré por mi corbata - Alberto se sonrojo, que tenía de malo querer lucir bien, cuando tu mejor amigo vuelve.
Salieron rumbo a la estación, no podía esperar ver a Luca, haría que este verano sea inolvidable, para ambos, había sido ya una larga espera.
continuara~
Espero que aprecien mi trabajo, nuevamente para los que han leído mi primer fic
lo hice con mucha dedicación
y si hay una que otra falta de ortografía sepan disculparme.
~Hasta el próximo capitulo ~
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Salvame del frío - Luberto / Alberca
FanfictionDescubrir nuevos sentimientos y cambios de humor, es algo que asusta a la mayoría de personas, pero llega con mayor fuerza en monstruos marinos, sin embargo con una guía adecuada pueden llegar a ser comprendidos y evitar desastres, para Alberto Scor...