Lunes a nueva cuenta, había superado sus primeras clases y ahora se encontraba sentado en una mesa de su universidad a puertas de la siguiente clase que le tocaba, tenía frente a sus ojos un azulado papel junto a su pluma favorita de tinta negra, estaba pensando en escribirle una carta a la persona de la cual se había comenzado a enamorar, pero no encontraba la forma de hacerlo.
Yun era una persona ruda y poco afectuosa, pero a ratos era sensible y cariñoso, detestaba los abrazos, pero dormía junto a su peluche de conejo porque le temía a la oscuridad, era de las personas mas inteligentes que conocía, pero nunca se esforzaba realmente por buenas calificaciones.
Aún quedaba una hora para su siguiente clase cuando las palabras escaparon de su mente y se fundieron en el papel, su pluma se movía de forma audaz y las palabras se impregnaban en el papel como si conociera cada uno de los sinónimos del diccionario, sus emociones salían sin problemas y sentía que era la carta perfecta.
Estaba satisfecho con lo que hizo, le harían falta algunas cosas para terminar y perfeccionar su intención, por lo mismo guardó la carta en un azulado sobre de tonos mas oscuros que el papel, lo terminó de sellar con una estampita que había comprado junto al papel y el sobre, era como una especie de nube, también azulada, el color favorito de Yun.
Todo estaba completamente listo, guardó todo en su mochila y fue a comprar algunos detalles que no se le habían ocurrido antes.
Marcaban diez minutos para su clase, tenía todo un plan formado para que el pelirrojo no descubriera que era él, aunque este arriesgaría levemente su perfecto informe de llegar exactamente a la hora perfecta.
- Alma ¿Tu a estas holas?
El susurro de su amigo le sacó de su nube, esta vez Yun estaba en el salón antes que Armando.
- Oh hola Yun, tuve que hacer unas cosas que me retrasaron, pero nada, ¿Salimos a comer luego?
- Clalo. Toma mis apuntes, no te peldiste de mucho tampoco.
Su pequeña conversación acabó pronto ya que comenzaron a prestar un poco más de atención a su clase.
Yun iba a guardar sus cosas en el casillero designado cuando encontró algo que le llamó la atención, era otra carta, pero definitivamente diferente a las demás, el sobre era de su color favorito y venía junto a una caja de un tamaño no muy grande.
Llevó las cosas en su mano y se sentó junto a su amigo en una mesa que estaba por ahí cerca, irían a almorzar luego pero necesitaba mostrarle aquello, era algo que le parecía curioso y a quién mejor para contarle que a su mejor amigo con el cual compartía tanto.
- ¿Qué traes ahí Yun?
- Quería mostlalte esto, estaba en mi casillelo, yo nunca he recibido caltas así.
- Se nota que es de alguien que estas vez si te quiere mucho de verdad.
Sus mejillas enrojecieron ante su propio comentario, pero por suerte el pelirrojo no lo notó al estar inmerso en la carta que había abierto hace segundos.
Al moreno le parecía que nunca lo había visto tan pendiente y atento a alguna carta que le hubieran dejado antes, observaba los detalles y recorría cada zona con sus ojos notando incluso lo más mínimo.
- Es linda...
Eran palabras quizás secas, pero Armando lo conocía y las sabía interpretar.
Iba en buen camino...
—
La carta la voy a dejar en un capitulo completamente aparte por si les interesa leerla :) (q igual si es necesario pero m gusta mas así hdhd)
mmm eso ¿, no sé, díganme porfa si les gusta, si no les gusta, si les importa una pija, si escribo mal, ahr, bueno eso, chao.
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Dulces cartas.
RandomYun, conocido por gustarle a la mayoría de chicas de su universidad y ser el mas irresponsable de su clase. Armando, como cualquier chico, estudioso y con el futuro planeado desde que entró a su universidad. Como en un cliché, aquel estudioso y tra...