Hoy era Sábado, la mayoría de los niños aman los Sábados ya que no hay que ir a la escuela y puedes hacer lo que quieras. Tu odiabas lo Sábados. ¿Porque? Porque en Sábado eran las entrevistas de adopción
Era tiempo de conocer a la primera familia, el señor y la señora Rushall. "Entonces, ¿cuanto tiempo has estado en el orfanato, pequeña?" Preguntó la señora Rushall. "Toda mi vida, solo tenía unos cuantos meses de nacida cuando llegué aquí." Respondiste. "Oh, lo siento querida, no tenía idea." Dijo suavemente la señora Rushall, no faltó mucho para que hablara de nuevo. "¿Y qué haces en tus tiempos libres, T/N?" "Bueno...a mi me gusta la alquimia. Cuando crezca, quiero ser actriz o científica" Exclamaste
El señor y la señora Rushall pudieron ver ese brillo en tus ojos que afirmaba que no era ningún tipo de broma. "Mira T/N." Empezó la mujer. "Eres una maravilla de niña pero...". No pudo continuar porque su esposo la interrumpió. "¡No podemos tener una niña cuyos sueños sean bastante estúpidos e irracionales!" Gritó el hombre. "¡Bájate de esas nubes en este maldito instante, por Dios!"
Esa fue la gota que colmó el vaso. Llorando, te fuiste corriendo hacia tu habitación. La señora Weeden había escuchado toda la conversación así que decidió ver cómo estabas. "T/N, no llores. Todo estará bien." Dijo. "¡No! No es así." Comenzaste a decir con la voz cortada por el llanto. "Es la quincuagésima primer entrevista que he tenido y en cada una de ellas me han criticado por el simple hecho de que me gusta la ciencia y la alquimia ¡y lo sabes!" La señora Weeden suspiró. "Mira T/N, la siguiente familia está esperando y creo que lo mejor será que bajemos." Dijo con calma, lo cual te hizo sentir mejor
En el camino, la señora Weeden pensaba en que hacer cuando se acabaran de las entrevistas. Ella nunca te habló sobre tus padres porque no quería hacerte pensar en ese terrible día. Siempre preguntabas y siempre era una mentira la respuesta. Ella sabía que no era el momento. Te lo explicaría más adelante, cuando estuvieras más grande.
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Era la décima quinta vez que llorabas en el día. Habías tenido quince entrevistas en el día y siempre te decían lo mismo. Decían que tus metas eran tonterías y que bajaras de las nubes y te dieras cuenta de la realidad, se sintió como la centésima vez que esto ocurría. La señora Weeden siempre decía que simplemente no eran la familia adecuada ya que no te apoyaban. Eso era cierto pero ¿existiría la familia adecuada para ti? Puede que solo tuvieras cuatro años y eras demasiado pequeña para pensar en eso. Pero de algo estabas segura, debías terminar con tus padres biológicos de una forma u otra. "Averiguaré quienes son mis padres biológicos, aunque sea lo último que haga." Te dijiste a ti mismo
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Amor Joven
FanfictionHas estado en un orfanato desde que tienes memoria. Siempre te ha gustado el teatro y la alquimia. Un día, conoces a un chico llamado Varian, también fanatico de la alquimia. Ustedes se vuelven inseparables. Pero cuando se cruzan muchos obstáculos e...