Capitulo 31: Contrareloj

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CHANGBIN

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CHANGBIN.

-Ya déjame salir, no fue para tanto- se quejó Sana estando encerrada en una habitación pequeña y oscura, no tenía puertas ni ventanas. Lo creé en una esquina de mi oficina una vez la había capturado, la había llevado hasta allí para mantenerla vigilada.

Sana se encontraba sentada en el suelo con sus pies estirados, jugaba con un diminuto animalito que se asemejaban a las adas. Eran unas creaturas que para existir solo en el infierno eran demaciado buenas y tiernas, se desconocen de dónde evolucionaron o nacieron.

-Callate, me desconcentras en mi trabajo- contesté sin prestarle en realidad atención a su berrinche.

-Chaaaaangbiiiin- lloriqueó de nuevo.

Ese pequeño cuarto que había creado no era del todo sólido, pues si se miraba con mucha atención no eran bloques lo que conformaba la estructura, eran diminutas agujas negras que estaban en constante movimiento violento hacia todas la direcciones que podían, si Sana intentaba salir (algo que intentó pero se dió por vencida) aquellas agujas se enterrarían sin piedad en su piel. Había utilizado un material del infierno que se asemejaban al cuarzo, pero éste era nocivo, más fuerte y de color negro, un corte profundo con ese material no era mortal para los demonios, pero sí lo dejaría paralizado por bastante tiempo, el material causaba que la curación rápida fuera mucho más lenta de lo que es realmente.

No había utilizado ese material con el propósito de hacerle daño a ella, tan solo era el único que la mantenía presa en ese lugar, si ponía paredes de cualquier otro material para ella sería como sentir puntas de lápices en su piel y escaparía en cuestión de segundos.

-Changbin te estás excediendo, de seguro ya pasaron años en la tierra- se quejó Sana haciendo un gesto de enojo falso.

-Deja de ser dramática, tan solo han pasado horas- tiré la pluma una vez acabé con todo el papeleo, estiré mis manos y piernas adormecidas.

-Ya sacameeee, no lo vuelvo a hacer- lloriqueó de nuevo manoteando mientras miraba con un puchero al animalito brillante.

Me divertía verla allí, yo podía observarla pero ella no podía verme a mí, no por la oscuridad, ya que tanto como ella y yo podríamos ver en la oscuridad como si fuera  de día, lo que ella alcanzaba a ver era tan solo líneas moviéndose a todas direcciones, como si fuera un vidrio tintado de ese lado.

Hice un movimiento con mis manos en dirección de dónde la tenía encerrada, las agujas pararon de moverse, quedando suspendidas esperando una orden, moví mi mano hacia arriba y éstas imitaron el movimiento quedandose pegadas en el techo.

Sana me miró con sus ojos entrecerrados, el pequeño animalito se escondió detrás de ella al notar que la oscuridad había desaparecido.

-Ya tienes nuevo amiguito, agradecerme.

-Tú deberías agradecerme a mí- se puso de pie y se sentó frente a mí, el animalito la siguió volando con sus pequeñas alas y se posó en su cabeza.-Te tiraste a Felix por mi magnífica dosis, además, gasté mi energía en controlar tu maldita fuerza cómo pude, lo hubieras matado si no fuera por mí- sonrió de lado.

TENEBRIS - FIC CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora