yeonjun : híbrido de zorro, top, 23 años, 1,83m beomgyu : híbrido de oso, bottom, 21 años, 1,70m
⭟ Yeonjun tiene un vecino jodidamente lindo. Beomgyu tiene un vecino jodidamente caliente. Luego de verse varias veces en el balcón de sus departamentos, saben que solo necesitan poner en palabras los obvios sentimientos que hay entre ellos para poder besar los labios contrarios.
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Yeonjun estaba viviendo su vida con la mayor plenitud posible. Había conseguido un buen empleo recientemente y eso le dio la posibilidad de cambiar de departamento a uno más amplio y con una cama decente. Sin embargo, había algo que le gustaba más que las paredes azul claro, el balcón con una vista panorámica de toda la ciudad o el elevador. Hablamos del bonito chico de orejas cafés, brillante sonrisa y linda voz, qué era su vecino de al lado.
Nunca se interesó en acercarse a sus vecinos, estaba bien con ellos si solamente no hacían fiestas demasiado tarde, pero con Beomgyu sentía una enorme curiosidad y cierto interés, porque diablos, el chico era tan hermoso que era imposible poner en palabras cada una de sus cualidades.
El pelinegro lo encontró en el elevador un día, después de regresar de las compras. El contrario no le miró hasta que notó que ambos iban por el mismo camino, creyendo que Yeonjun lo estaba persiguiendo o algo así. Sus ojitos se iluminaron y sus labios se entreabrieron cuando se encontraron con el fornido cuerpo que abrió la puerta del departamento de al lado, ese nuevo vecino que le robó un suspiro con la sonrisa que le dirigió antes de entrar a su casa.
Además, como una beneficiosa coincidencia, ambos salían a regar las plantas en su balcón por la noche, casi siempre a la misma hora. Así, Yeonjun se enteró de que la prenda que nunca faltaría en el clóset de Beomgyu eran los shorts, pues cuando lo veía era una regla que usara algunos, a menos de que la temperatura estuviese demasiado baja.
Eso se volvió completamente una bendición para Yeonjun, que en secreto se convirtió en el fan número uno de las piernas de Beomgyu. Tan delgadas y con esa piel nívea, le encantaría morderlas y llenarlas de marcas al mismo tiempo que le encantaría recostarse sobre ellas y dejar que el dueño de estas le acariciara el cabello hasta caer en brazos de Morfeo.
En menos de dos días desde que Yeonjun se mudó, el extrovertido de Beomgyu hizo una costumbre el dedicarse un "buenas noches" cuando se encontraban, algunas veces hablando además de cómo había estado su día. Gracias a ello, Yeonjun pudo saber más de él, como su nombre, que tenía un trabajo de medio tiempo y que estaba a punto de terminar la universidad.
Y claro, así el mayor se dio cuenta de que Beomgyu también sentía algo hacia él. Es decir, no es que fuera un iluso, narcisista o algo por el estilo pero, a parte de que fácilmente podría ser el tipo ideal de cualquiera, las miradas que Beomgyu le enviaba no eran para nada lo que se esperaba en una relación de vecinos. Mucho menos la forma en la que le sonreía, o como movía sus orejitas cuando le miraba al hablar.
