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Digamos que. La noche de anoche fue, algo que yo no puedo explicar.

Matenme, mi cabeza duele, ¿Puedo seguir durmiendo? No. ¿Quiero? Sí.

Lamentablemente debo ir a la universidad, ¡Dios! Parece que me atropelló un camión. Los demás deben estar peores.

¿Quién me manda a beber? Ah sí, mi conciencia.

Me levanté de mala gana y me dirigí a la ducha.

Nunca más vuelvo a beber.

<<Si, y ¿Qué más? ¿Nunca más volverás a asesinar? No jodas.>>

Ay no, maldita conciencia.

Me di un baño de agua fría, necesitaba despertar, lo menos que quería era dormirme otra vez.

Me envolví en la toalla y volví a la habitación. Antes que pudiera abrir el clóset la puerta se abrió de golpe.

—¿Qué caraj— oh mierda, era papá.

—¿Qué te dije?— me dio una mirada fría.

—Papá, ¿Puedes calmarte?

—No me pidas que me calme Jay Dixon Miller Harrison.— alv, si estaba enojado.

—No era necesario decir mi nombre completo— bufé y me senté en la cama.

—Te lo dije bien claro. Ayer.— se sentó a mi lado e intentó controlar su respiración.

—Lo sé, y así lo hice papá.

—¿Y como encontraron tres cuerpos esta mañana en el bosque?— sentí mi garganta secarse y lo miré confundido.

—¿Qué?

—Sí, eso mismo.

—Sabes que nosotros no dejamos los cuerpos enteros.— se levantó de la cama y yo también.

—Lo sé, pero también conozco tus impulsos.

Suspiré y pasé la mano por mi cabello.

—No fui yo, papá, preguntaré por ahí, ¿Vale?

—Vale. Y ya debes irte. Tu hermana ya se fue.— salió de la habitación y me dejó ahí confundido.

¿Cuerpos? ¿En el bosque? Definitivamente yo no fui.

Terminé de cambiarme y ya me encontraba en el auto en camino a la universidad.

Seguía confundido por lo que me dijo mi padre. Debía hablar con los chicos, aunque sabía que ellos no tenían nada que ver. Pero necesitaba preguntarles.

Estacioné el auto y caminé rápidamente hacia el interior de la universidad. Todos me miraban, era obvio, me encantaba llamar la atención.

Busqué a Hunter y a Kai con la mirada y no los encontré por ningún lado.

Me dirigí hacia el sótano. Era obvio que estaban allí. Era nuestro lugar.

—Hola Jay.— saludó Hunter con una sonrisa.

—No estoy de humor. ¿Me pueden explicar como encontraron tres cuerpos en el bosque?— en un intento inútil de controlarme golpeé la mesa frente a mí.

—Relájate.— sentí unos brazos rodearme por detrás y calmé mi respiración poco a poco.

—Emily...¿Hiciste lo que te dije, ayer?

—Sí, Jay. Sabes que nunca dejamos rastro.

Suspiré y froté mi sien, ya tenía dolor de cabeza.

Marcado por sus Sombras©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora