Las persianas se abrieron de golpe. Con los ojos medio cerrados vi a mi padre. Estaba vestido con traje y corbata como tenia que ir a trabajar. Rápidamente me gire y vi que el reloj marcaba las siete i media.
-Te piensas levantar hoy?-me dijo mi padre.
Me levante sin decir nada. Vi que Dani ya no estaba, seguramente él se había podido levantar. Abrí el armario y cuando iba a coger mi ropa mi padre me paro. Me dijo que no podía llevar esa ropa i que debería llevar vestido. Sasha me dejó un vestido negro y mi padre me permitió llevar la chupa negra i las botas si primero me duchaba. Hice lo que me pidió y almorcé en menos de un suspiro. Ninguno de mis hermanastros me dijeron nada. Subimos al coche callados. Nadie me dirigía la palabra, todos estaban enfadados con mi numerito de ayer.
Llegamos al colegio y todos se fueron a sus clases sin esperarme. Pero me daba igual, ellos se lo perdían si no querían estar conmigo. Mi padre me miro con una mirada asesina mientras me decía que nada de escaparse de las clases.
Me paseé por los pasillos mientras buscaba mi clase. Los pasillos estaban llenos de alumnos que hablaban animadamente. Todos llevaban ropa colorida y de marca. Los profesores iban iguales que los alumnos, con ropa cara y de colores. Todos llevaban un maletín colgando del brazo. Estaba tan concentrada en esos muñecos que ni me di cuenta de que había un chico delante de mi. Me choqué y sus libros se cayeron al suelo.
-Lo siento. No te había visto-me disculpe.
-Ya veo-me respondió
Levante la vista y vi unos ojos verdes brillando con intensidad.
-Oh, eres el chico del baño-dije.
-Si.-me dijo- veo que te acuerdas de mi.
Para no recordarlo. Me había puesto furiosa en menos de un minuto y encima cuando menos lo necesitaba. Me sonrió con sus dulces labios. Era guapo, muy guapo, pero seguía siendo un Ken.
-Veo que hoy te has puesto un vestido.-me dijo aun con esa sonrisa que enamoraba- te queda muy bien.
-Lo sé.-respondí-Y yo veo que sigues vestido como todos, como un Ken.
-Gracias, veo que no se puede hablar contigo. Eres la típica tía que ha tenido una mala infancia y lo descarga todo vistiéndose de negro y insultando a los tíos buenos...como yo. Lo he adivinado?
-Ya te gustaría. Mi infancia a sido maravillosa y no eres un tío bueno, no llores más y acéptalo ya.
-Y porque me llamas Ken?
-Porque todos vestís igual, con ropa ajustada y lo que se lleva de moda. Las chicas son barbies. Y los chicos Kens-respondí con una sonrisa.
El se rió. Se paso la mano por el pelo i se subió la maleta.
-Bueno pues si no te importa me voy, Maléfica.
-Estuviste pensando eso mientras te pasabas la mano por el pelo eh- grite mientras él se limitaba a sonreír e irse a su clase.
Me giré y por suerte ví mi clase. Sonreí, cogí aire y entre. Algunos de los compañeros que había visto el día pasado me saludaron con la cabeza. Me senté en la mesa del final de todo y saque mis libros. La profesora entró y se presento, por mi claro, estaban en mitad del curso.
La profesora Laura Johnson era la profesora de literatura. Era una mujer muy guapa. Tenia unos ojos azul eléctrico y una bonita sonrisa. Era pelirroja y llevaba puesto una falda blanca con una camiseta negra con un gato dibujado. La clase me paso volando. Era muy raro pero me interesaba mucho lo que decía y no me perdí ni una sola palabra. El timbre sonó y me cambié de clase. Ya habían pasado dos horas, con las cuales las había ocupado escuchando a la profesora Tisdale, mi tutora y chivata profesional, y al profesor Lucas Quinn el de física y química.
Era la hora del segundo almuerzo. Me dirigí al comedor donde servían los bocadillos. Cogí una bandeja y me serví un zumo de piña y un bocadillo de jamón y queso. Mire donde podía sentarme y vi una mesa sola. Mientras iba a sentarme vi como Joel estaba sentado hablando con unos chicos. Él giro la cabeza en cuanto me vió para no saludarme. Respire hondo y me senté. Empecé a comer y a fijarme en las personas. En como hablaban, como comían, como mentían. Observe y desee tener algunos pequeños fragmentos de esas vidas. Cogí una libreta y empecé a escribir lo que veía. Cuando sonó el timbre ni me había acabado el bocadillo pero había llenado una pagina i media de todo lo que había visto.
Cuando las clases se acabaron ví que mis hermanastros no estaban en la estatua. Pensando que aun no habían salido me senté en el pie de la estatua para esperarlos. Paso media hora y seguían sin aparecer. El coche de Sasha tampoco estaba y no había nadie en el instituto. Me levante y empecé a caminar en direcció a casa. Cuando llegué ví a mis hermanastros sentados en la mesa comiendo.
-Que hacéis aquí? Os estaba esperando sabéis?
-Hoy no viene a recogernos Sasha-me contesto Oriol
-Me habéis tenido una hora allí sabéis!?! No podíais avisarme?
-Como dijiste que no querías ser de esta familia pues...
-Pues que! Que pensasteis que podíais dejarme allí tirada?
-Pensamos que no te importaría.-dijo Oriol
-Pero sois imbéciles? Que me parecería bien?
Joel se levantó y se fue a su habitación. Él era el que estaba más enfadado, lo notaba. No se porque però me cabreaba. Yo no quería que contaran conmigo, no quería que me quisieran, que me consideraran una hermana pero me dolió que me dejaran sola esperando. Me fuí a mi habitación sin comer y me quede allí, pensando en la vida de la gente de mi comedor, en como los envidiaba por la vida que tenían.
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La vida de una rockera
Teen FictionMe llamo Ariel y tengo quince años. Tengo el pelo rojo, me visto de negro y me gusta el rock. Soy lo que se viene a decir una rockera. Antes era una mala persona, no tenia familia y odiaba a todo el mundo y ahora... bueno no soy tan... tengo más...