Capitulo 2

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-Como que te has casado?- grite.

No me lo podía creer. Mi padre se había vuelto a casar. Mi cabeza exploto (no literalmente...)

-Vamos Ariel.- me empujó mi padre.

Yo me dirigí hacia donde esas personitas me miraban. La mujer que había, la mujer de mi padre, era una señora fea y rubia con los ojos azules. A su lado habían tres chicos. El más mayor tenia un pelo graso y unos pies enormes. El mediano tenia unas gafas grandes i feas i el más pequeño de todo tenia unos mofletes grandes i unos ojos saltones. (Era mi primera impresión...)

-Hola Ariel. Me llamo Sasha.-me sonrió la mujer.

-Eso no es nombre de puta?-pregunte. Mi padre me piso el pie y yo deje escapar un aullido.

-Yo me llamo Joel-Me dijo el del pelo graso.

-Yo Oriol-sonrió el mediano.

-Y yo me llamo Dani.-dijo el pequeño.

Yo me limite a sonreír. Mi padre propuso de ir a tomar un helado. Nos subimos al coche y fuimos hasta una heladería donde había el típico helado gigante en la entrada. Después de comer fuimos a mi nueva casa.

-Joel, porque no le enseñas a tu hermana la habitación?-dijo Sasha.

-No somos hermanos-dije con crueldad.

Joel empezó a subir las escaleras ignorando el comentario. Cuando llegamos arriba giramos a la primera puerta que había. Joel me indico con la cabeza de que esa seria mi habitación. Entre y vi que las paredes eran rojas y blancas y que solo había una mesita y una cama.

-Hay mucho sitio en las paredes para que puedas colgar posters de... rock?- dijo Joel

-Si- asentí mientras le enseñava mi camiseta de Sleeping with Sirens con orgullo.

-A comer niños!- grito Sasha desde abajo.

Los dos bajamos y fuimos al comedor. Nos sentamos todos delante de los platos y empezamos a comer. Yo nunca había visto tanta comida y me quede asombrada.

-Ariel, puedes comer lo que te apetezca- me sonrió Sasha.

Yo asentí y mire toda la comida que había. En mi calle lo único que podía encontrar era un trozo de bocadillo o una manzana medio mordida. Empecé a comer como una desesperada hasta que los ojos de Dani me miraron con miedo.

Cuando acabamos de comer fuimos a las habitaciones y dormimos, yo por lo menos, como hacia años que no lo hacia.

La vida de una rockeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora