capitulo 14

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Sabía que estaba molesto y me despedí de Mayra mientras caminaba hacia él. Agaché la cabeza y le
expresé mi agradecimiento.
—¡Gracias!
Álvaro solo me observó con una expresión aterradora.
—¡Sube al auto! —ordenó y subí al auto de manera obediente. Durante el camino a casa, recibí un mensaje
de Mayra informándome que había llegado a casa a salvo y le respondí:
«¡Buenas noches!»
Al mirar por la ventana, me di cuenta de que estábamos por llegar. El hombre seguía frívolo como siempre
y si se negaba a decir una palabra, yo también lo haría. Por n, el vehículo se detuvo enfrente del chalé y
él entró a la casa en cuanto se bajó del auto. Lo seguí por detrás y le expliqué:
—Álvaro, pensé que estabas ebrio. Por eso, llamé al Dr. Gael. No fue por nada más. —Mi explicación no
era muy convincente, pero, aun así, se lo dije, aunque sabía que no le importaba. De pronto, se detuvo y
entrecerró los ojos.
—¿Algo más? ¿En serio crees que le agradas a Gael?
Me quedé sin palabras.
«Tiene razón. Gael es su mejor amigo y yo su esposa. Incluso si no estuviéramos casados, no le agradaría
a Gael»
Sabía que Álvaro me trataba mal, pero si no fuera por la ayuda de Gael, no lo hubiera conocido y mucho
menos casado con él. Al ver que me quedé en silencio, me miró mientras subía las escaleras con pasos
largos. De pronto, se detuvo y parecía que algo se le había ocurrido. Miró hacia atrás y ordenó:
—Cómprame la cena en el restaurante Granger.
Me quedé asombrada.
«¿Por qué no dijo eso en el camino?»
Granger estaba al otro lado de la ciudad. Además, ya era medianoche. ¿Quería que hiciera ese viaje para
comprarle el desayuno?
—¿Lo necesitas ahora? ¡Ya es medianoche! ¿No va a estar cerrado?
—Está abierto 24/7 —respondió y subió de inmediato.
«No quiere cena; solo torturarme»
Después de todo, se la debía. Salí del chalé y me preparé para irme. Era temporada de lluvia y el aire era
húmedo. Parecía que iba a llover pronto y quise tomar el auto de Álvaro, pero se había llevado las llavescon él. Siendo así, fui a la cochera y tomé otro vehículo. A la 1 00 a.m. conduje por toda la ciudad para
comprar la cena. En realidad, estaba contenta porque no había llovido. Sin embargo, cuando salí de
Granger estaba lloviendo fuerte y me dirigí a casa despacio tratando de evitar el túnel.
La Ciudad J era famosa por sus inundaciones repentinas en las carreteras y sus túneles. Por ello, tomé la
ruta más larga para evitarlas. Por desgracia, no me imaginé que el auto se fuera a averiar a mitad de
camino. Como tomé el más largo, aún seguía lejos de casa y terminé en un área desolada. Estaba lloviendo
y tampoco pude tomar un taxi. Saqué mi teléfono y me di cuenta de que la batería estaba por acabarse.
Al ver esto, llamé a Álvaro de inmediato. Le marqué varias veces, pero nunca contestó. Mi batería estaba
por morir y comencé a buscar un paraguas por todo el auto hasta encontrarlo. Tomé su cena y salí del
auto.

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