Capitulo II

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TRILOGIA AMOR EN EL OESTE
“EN LA GUERRA Y EL AMOR” TERCERA PARTE
Capitulo II

El sol recién salía, se escuchaba el pillar de los pájaros, el cantar de los gallos, ya era de día, pero en la cabaña ya se habían levantado todos, a un no se iban y apretujados cabían en ella, dormían en todos lados, incluso Candy y Albert, habían cedido su habitación para que recostaran allí a las chicas que habían sido ultrajadas, ellas habían entrado en un estado de Shock( no era para menos después de lo vivido) habían entrado en un mutismo y en llanto recurrente, su cuerpo adolorido les recordaban lo vivido, nunca las dejaban solas y se turnaban todos para atenderlas; en sus adentros agradecían a Dios que las hubiesen ido a salvar, pues quien sabe que hubiera sido de ellas si se las hubieran logrado llevar, sin embargo, sus mentes vivían una y otra vez la peor pesadilla que habían vivido, pero con amor eso solo quedaría como un espantoso recuerdo, gracias al amor de su familia.
Una noche antes
- Candy y Albert se habían ido a dormir al establo, llevaron unas sabanas y con la paja hicieron una suave cama, pero sus cuerpos se atraían y se entregaban sobre la tibia paja, el lugar o el momento era lo de menos, a pesar del cansancio de lo vivido esos días nada les quitaba la ansiedad de sus cuerpos, el fuego que les recorría cuando estaban juntos no les paraba de recorrer y nunca se apaciguaba, sus cuerpos ardían y juntos intentaban calmar ese fuego que bullía por dentro, se despojaban de su ropa, quitándosela uno al otro, Candy tomaba una esponja y se la pasaba por el sudoroso cuerpo de su amado, el hacia los mismo con ella, para luego iniciar a tocarse y besarse, el cuerpo, sus manos pasaban intranquilas volviéndose a reconocer, se sentían que se sofocaban si no se entregaban, los besos pronto se hicieron presentes e iniciaron a reconocerse con su boca, recorriéndose mutuamente y tomando cada parte de su anatomía, el calor de sus cuerpos no les permitían parar y pronto Candy se posiciono a horcajadas de Albert cabalgándolo, se levantaba y de un impulso lograba que su marido se hundiera en ella, el tomaba sus pronunciados montes y se los llevaba a la boca, los gemidos no se hacían esperar, pero sabiendo que había casa llena intentaban no hacer mucho ruido, Albert se daba vuelta y se posicionaba encima de ella e iniciaba a hundirse duro y profundo una y otra ves, ella le abrazaba por las espalda y enrollaba las piernas a su cintura para logras que las acometidas fueran más profundas, hasta que el anhelado momento llegaba en medio de te amos, cada entrega para ellos era un momento único y sublime, sus entregas eran de cuerpo y alma, sus corazones palpitaban en sincronía y su entrega era total.

En un lugar cercano, Terry y Sofía habían hecho una tienda estilo nativo Américano, hacían una cama con varías sábanas que habían sacado para estar un poco más cómodos, allí se dejaban llevar por la pasión no por primera ves, pero en esta ocasión la entrega era sin miedo, sin cargo de conciencia de estar haciendo algo indebido, se entregaban con amor,con devoción, pues sin querer Terry se había enamorado, no sabe, ni como, ni cuando, solo sabe que se había enamorado, su corazón había Sido entregado a una buena mujer, que a un que no cumplía con los preceptos sociales, era mejor que cualquiera de ellas pues lo amaba por lo que el era, no por lo que tenía, estaba seguro que ella lo apoyaría y sería su bálsamo de paz cuando el lo necesitaba, pues no ella, ni su hermana o cualquiera de los hijos e hijas de Tom, pony y María eran personas frívolas, más bien, son personas humildes  que a pesar de vivir en medio de algo que podía hacer que tuvieran riquezas, por respeto a la naturaleza que todo les daban no lo hacían de manera desmesurada simplemente para sobre vivir bien y tener todo lo necesario que no era suficiente con lo que vendían. Esa entrega de Terry y Sofía, después de tanto estrés Tendría un fruto, uno que los uniría más, para lograr ser completamente felices pero está no llegaría tan fácil, tendrían que luchar para lograrlo y tener una familia unida y felíz, pero en esa lucha no estarian solos pues Albert y Candy emprenderían la misma lucha, pero tendrían aliadas, unas que se ganarían a pulso, pero antes iniciaría una gran lucha.
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Dentro de la cabaña por la mañana, todo era un caos, habian una maraña de personas haciendo comida para todos, se les unía Candy y Sofía pues debían cumplir con su deber y atender a sus respectivos esposos, unos tapaban maíz, otros amasaban, otros revolvían huevo y salteavan tomates, hacían café y revisaban el horno para ver el pan y sacarlo para servir el delicioso desayuno, el estómago ancioso de los amantes rugía, después de tanto trabajo , pony y María sabían por lo que les daba el desayuno primer a ellos. Tanto Albert como Terry observaban la manera en que se comportaban les gustó ese calor de hogar, esa forma tan simple de vivir pero que a la ves llenaban sus corazones al ver la gran unidad, sin tanto problema más que el de salir adelante, no como ellos que estaban obligados a hacer más dinero y mantener el poder en nombre de su apellido debían que someter sus necesidades a las de su familia pero ellos no eran personas que les gustará tanto el ambiente tan frío que se vivía en su clase social, habían aprendido a ser personas sencillas y básicas, habían visto tantas personas poderosas caer y sabían que aferrarse a lo material no era bueno, ellos ya lo habían visto más de una ves y sabían en que podía terminar todo. Sin embargo tenían que hacerlo pues era su deber  y sus esposas lo sabían, también sabían que estaban dispuestas a luchar por su amor y que debían de aprender mucho pero sin perderse en medio de la trivilialidad de los oropeles de la alta sociedad.

Ellas les daban una bella sonrisa mientras Terry y Albert platicábamos

— cuando le dirás qué es tu hermana, le preguntaba Albert a Terry.

— a un no lo sé, no se cómo tocar ese tema con ella.

— por qué no le preguntas a Sofía ya ves que ellas prácticamente crecieron juntas son como hermanas y ella la conoce muy bien.

— sabes tienes razón Albert, le diré toda nuestra historia.

— creo que es lo mejor y  A tus padres ¿ Cuando se los dirás?

— a un no se debo preparalos y hablar seriamente con mi madre, ya ves que han cambiado desde que se relacionan con las Marlow, creo que lo mejor es decirle primero a mi padre y que el la preparé.

— así es también lo pienso, yo amo a Candy pero no quiero ver la descalificación de la que puede ser objetivo por parte de mi madre por su crianza, pero no me importa yo estaré con ella y la apoyaré; pero sería bueno que supiera ella antes creó.

— Tom me dijo que lo mejor es que el se lo diga en conjunto con mi padre, pero que nunca vamos a dejar de ser su familia.

— Lo bueno es que tenemos tiempo para eso.

— así es, dijeron recibiendo la comida de las manos de sus respectivas esposas, sentándose a su lado, Candy tomaba el plato de su esposo, dándole de comer entre besos y limpiandole la comisura de sus labios con su lengua, haciendo el lo mismo, demostrándose su amor.

A lo lejos dos figuras miraban la escenas con los ojos muy abiertos.
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Noche en la casa principal de Lakewood

— La mirada asustado de Eleonor y Pauna lo decía todo al ver a las dos personas que cruzaban la puerta— hola hija, cuñada ¿ Que hacen aquí? no esperaba que vinieran, no sabía que te daría permiso Tu esposo hija, si no las hubiera invitado.

— hola Madre, Leonardo ( bessndoles la mano) si necesitaba salir de Chicago, ya ves que Tony ya se va a graduar y le tocará incursionar a el también en servicio de la patria buscando reveldes o con las ordenes que le den, ojalá y.dejen juntos a los tres.

— ( suspirando Pauna) tranquila no te preocupes tanto que el tiempo pasa muy rápido y cuando menos lo esperes estará acá.

— si madre, bien me iré a mi recamara dijo tomando el ala este

— hija vente al ala oeste, decía nerviosa Pauna .

— no mamá sabes que me gusta mi cuarto.

Pauna y Eleonor de miraron asustadas, sus corazones palpitaban ansiosos solo esperaban que ellas se pusieran en su lugar y les dieran a las chicas una oportunidad.

— Rouse creo que tu padre tenía razón al sospechar del la conducta de tu madre y Eleonor— tía yo también lo creó, descansemos mi hermano debe de estar en la cabaña y quiero ir  a verlo mañana .

Así se despidieron para levantarse muy.temprano al siguiente día, se fueron cabalgando, pero se sorprendieron al ver la cabala.llena y a Albert comiéndose a besos con una mujer que no conocían, así que se bajaban y sigilosas iban al lugar en el que el se encontraba.

— Hermano, sobrino, dijeron ambas mujeres en un grito, sopeendiendolos y llamando la atención de todos los que estaban allí.

— Hermana , tía les besandoles  la mano. Mientras ellas miraban a la.muchacha, amor ven acá te presentaré— Ella es.......

Continuará..........


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