Laila
-Tu me mandaste al infierno, y yo te traje a él- Una postura intimidante, una mirada llena de fuego y una voz tan poderosa, como si controlará al mundo
-¿Que Mierda estas hablando?-y a pesar que me quise levantar no pude, las cadenas me limitan.
-Deberías de cuidar tu boca, o te traerá problemas-se acerca a mi con pasos largos, y al estar tan cerca puedo notar su intimidante altura, acerca su mano, tomándome de la barbilla-y créeme algunos castigos te gustaran, pero otros no.
Veo sus ojos de un color violeta claro con algunos detalles de rojo, son tan raros, son tan únicos, me suelta la barbilla y da unos pasos.
Queda a una corta distancia de mi, se detiene cruzado de brazos, mirándome, evaluando cada detalle de mí, saca un pequeño control de su pantalón.
Al apretar un botón las cadenas se sueltan del trono, pero un pequeño hilo rojo queda envuelto en mis manos, las veo y no entiendo, el hilo es parecido a la corriente de electricidad, es muy rara y delgada, pero al menos tengo mis manos sueltas.
—ya no puedo estar mas en el piso, mis piernas se sienten débil, y yo también, pero no físicamente, me siento débil ante esta persona que ni conozco y yo jure que nunca seria débil ante nadie—¿Quien eres?—ya de pie y con mis brazos cruzados, con una voz imponente logro decirlo
—cierto, educación—Con cierto tono de sarcasmo y chasqueando sus dedos me dice- Pero ya me acorde, es algo que no tengo
—¿y como quieres que te llame si no se tu nombre?-—mi postura sigue firme, no pienso dudar ante él
—Amo—con una voz tranquila y serena me
dice—doy una pequeña carcajada, pero al ver su rostro noto que no es un chiste—Solo en tus sueños te llamaré así, mejor te llamaré imbécil, ese te queda mejor.
—juntas sus manos y la frota, como todo un villano armando su plan malévolo—contigo me divertiré mucho, eres la presa indicada-sonríe mostrando una sonrisa radiante con un par de colmillos muy afilados.
—¿Presa?- No entiendo nada ¿por qué me llama así?, me acerco, se que nuestra diferencia de altura es significante, pero no me importa, no cederé ante él —¿Por qué mierda me has llamado presa?.
Da un paso hacia mi, acerca su mano derecha , la gira y veo como al hacerlo estas especies de cadena se mueven, imitando su gesto, se envuelven en mis muñecas juntandolas de nuevo, veo su mano y como la convierte en un puño apretando mas mi agarre-¡ay!- un fuerte agarre que me causa dolor, acerca su puño a él, obligándome a moverme y colocarme mas cerca,
—Créeme, no querrás saber de lo que soy capaz—oscuridad, solo eso veo en sus ojos, se dice: "que los ojos son las entradas a tu alma", pero en ellos no logro ver nada, es como si esa alma no existiera.
Con simple gesto de su mano, corto el amarre en mis muñecas, las observo y una pequeña línea morada las adornan, el solo me ve de arriba a abajo sin ningún gesto en su cara.
—Subo las escaleras, el tercer cuarto con puerta color roja es tuya-apunta en la dirección que tengo que ir~te quiero lista en una hora—lo observo sin decir una sola palabra~¿estas esperando invitación?¡Vamos!.
Pestañeo tan rápido para poder asimilar lo que está pasando, me muevo en dirección a las escaleras, no se lo que está pasando, es extraño, este lugar también lo es.
Es como un castillo, con paredes de mármol blanca y estatuas del mismo material, todas las estatuas son diferentes, desde gárgolas hasta mujeres con velos que parecen realistas, paso al lado de una de ellas, es una mujer con mirada triste, paso el dedo por una lágrima y se siente tan real, como si yo sintiera su tristeza.
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La presa de Draven
De TodoLaila wood es una chica la cual la suerte nunca la acompaña, a sus 17 años, perdió a sus padres en un accidente al no tener mas familia y no poder asistir a un orfanato, decidió quédarse y cuidar la casa que la vio crecer, la casa que con tanto amor...