Lo había esperado toda una vida.
Un momento en el que quizás sería acusada de traición pero...él fue el primero en hacerlo.
Traer a una mujerzuela a su casa, sabiendo que era ella quien tenía el completo deber toda aquella mansión.
Ella era la única capaz de continuar la línea de sangre de los Neuschwanstein.
La ira la invadía pero debía hacer que este hombre pagase por todo lo que le hizo pasar por los últimos dos años de matrimonio.
Daba gracias a Dios, que aquel matrimonio no se había consumado, después de todo sabía que su marido buscaba la forma de obtener el poder de aquel ducado.
Sin embargo, esa situación solamente le daba risa porque toda la mansión estaba siempre estaba de su lado.
Una vez que terminó de comer, se escuchó un golpe, como de alguien golpeando su cabeza.
—¡Cariño!
Exaltado su marido inmediatamente fue hacía aquella mujer rubia, mientras la de cabellos rojos los miraba con satisfacción. Al recibir una mirada de reproche de su pareja, la misma limpio con disimulo las comisuras de sus labios con una blanca servilleta de tela.
Tras unos segundos, la misma dejó aquella tela sobre la mesa.
—Es una lástima que ahora este muerta...pero ahora solo queda un traidor.
N/A: Seguramente no es de gran importancia pero ¡perdón por no haber actualizado! Justamente estaba pensando que debía escribir.
ESTÁS LEYENDO
Fictober 2021
AléatoireHice prompts propios, solamente para diversión y entretenimiento. Agradecería que leyeran. uwu.