Nahoya observó a Ran con una mirada ladina y una sonrisa coqueta. Esa sonrisa era una invitación para él. Su encanto siempre deslumbró a Ran, pero esta ocasión era especial. Ambos detestaban estar alejados del otro por mucho tiempo, por ello Nahoya se había esmerado en verse lindo y apetecible a los ojos de Ran.
—Sorpresa mi amor... tardé un poco porque me fue difícil ponérmelo antes de venir acá
Nahoya volvió a sentarse en el regazo de Ran, este lo miraba con unos ojos lilas penetrantes. El roce de narices y la mezcla de suspiros comenzó en cuanto Nahoya empezó a rozar su entrepierna contra Ran. El hombre de ojos lilas amaba el contacto visual con Nahoya, sin pensarlo dos veces dejó la copa de vino en una mesa pequeña a su lado, sin tapujos deslizo un par de dedos en el líquido tinto. Él lo sabía, la intimidad con el pelinaranja era una total aventura, una excitante aventura.
De repente, Nahoya dio un saltito al sentir un intruso en su entrada. Ran había hundido un dedo humedecido en vino en el interior de Nahoya. Lentamente empezó a acariciar las paredes húmedas que poco a poco empezaban a calentarse gracias a la presencia del pelilila. Nahoya empezó a gemir bajito y a empalarse en contra del dedo de Ran. Uno, dos, tres minutos y Nahoya estaba llegando al cielo con esa sola acción.
—Ran, cariño, más... por favor...
Nahoya susurró en el oído de Ran, su aliento era caliente y seductor. La temperatura aumentó en el cuerpo de Ran con aquel suspiro. En cuanto al pedido de su pareja Ran adentro un segundo dedo empezando a hacer movimientos en forma de tijera, sabía lo mucho que Nahoya amaba el juego previo en su parte baja.
—¿Hace cuanto que no te tocas pensando en mí, cariño? Aquí abajo está tan...
—Ni lo menciones...no es fácil sin ti, nunca ha sido fácil sin ti...
Nahoya susurró tratando de contener sus gemidos. Ran unió su frente junto a la de Nahoya y con su mano libre sujeto su quijada. Miró el rostro excitado de su amante por un momento y decidió por fin darle un beso. Ran estaba desesperado y empujo sus labios contra Nahoya, sus bocas se abrieron y sus lenguas empezaron a acariciarse. El roce era tan suave y lento que los llevó a una nueva burbuja que pronto fue eliminada por Ran al separarse de Nahoya. El último estaba por quejarse hasta que un tercer dedo irrumpió en su interior. Empezó a emitir gemidos más sonoros ante la miraba atenta de Ran. Él mantuvo su mirada coqueta sobre el pecho de su amante, si piel no paraba de elevarse por la respiración entrecortada que le producía la excitación. El ritmo era hipnotizante y seductor.
Ran amaba tener su total atención, sus frentes estaban unidas una vez más por su mirar. El sudor que causaba la fricción de cuerpos era una especie de ambrosía para la pareja. Ran empezó a sentir malestar en su miembro nuevamente. Solo Nahoya podía lograr que Ran perdiera la cordura con tan solo un par de besos y el roce de sus cuerpos.
Ran empezó a sentir cómo su cuerpo le reclamaba no apresurarse en tomar a Nahoya, pero su parte analítica demandó jugar con él un poco más. La espera no podía terminar así nada más. Con suavidad deslizo sus dedos fuera de la entrada hambrienta de Nahoya. Con esfuerzo máximo se acercó al oído de Nahoya, dejó escapar un suspiro caliente y un par de palabras.
—Para, quiero jugar un poco más...y ni se te ocurra correrte, no tienes permiso, sígueme mi amor...
Nahoya sintió la ausencia de Ran en su parte baja. Empezó a impacientarse porque aún no tenía permiso de masturbarse y le pesaba no hacerlo. Ran estaba vengándose por el atraso, pero no podía negarse a la mirada filosa de los ojos lilas de su amante, su porte era su perdición. Nahoya se levantó del regazo ajeno con las piernas temblorosas, necesitaba del otro, pero apenas podía mantenerse en pie. Ran se puso tras suyo y sostuvo sus caderas para poder repartir un par de besos en su cuello. Un par de pasos y estaban al borde de la cama. Ran detuvo a Nahoya de repente, Nahoya le dedico una mirada ansiosa y confundida.
—Tranquilo mi amor te traje un regalo especial
Ran se alejó un poco de la blanca espalda de Nahoya. Le bastó solo eso para sacar debajo de la cama una maleta de color plateado oscuro. Nahoya sintió un temblor entre las piernas sabía lo que venía y se limitó a sonreír de lado. Ran puso dicha maleta sobre la cama, y lentamente abrió la tapa superior. Nahoya le dio la espalda, un suspiro fue lo que escapó luego de sentir la presencia de Ran detrás suyo. Y de pronto todo se tornó oscuro, Ran colocó un vendaje de seda negra sobre los ojos.
Nahoya sintió un tirón suave al sentir como Ran se aseguraba de hacer un nudo seguro. Un par de besos sobre su hombro fueron suficientes para mantener la calentura en Nahoya. El sonido de los pasos de Ran era lo único que ahora lo guiaba. De repente la presencia de Ran se sintió frente a él, un click y el frio acero rodeó las muñecas de Nahoya, eran esposas. Nahoya dejó escapar una risita divertida. Ran realmente amaba el control sobre su cuerpo lo confirmó en cuanto nuevamente sintió al hombre detrás suyo. El roce de cuero frío le recordó una vara de cuero delgado de latex que solía usar Ran para castigarlo. Nahoya tuvo una descarga eléctrica en la columna al sentir cómo esta era delineada por el cuero. Dejó escapar un gemido sin poder evitarlo, el dolor en su parte baja no ayudaba
—Ahora sabes lo que pasará, sube a la cama y levanta tu hermoso trasero para mí
Su palabra bastó para que Nahoya subiera a la cama. Se deslizo sobre las sábanas. Sus manos aprisionadas sirvieron de almohada para su rostro y obligó a sus piernas tambaleantes a hincarse y separarlas lo más que pudo. Ran tenía una vista total de la entrada expuesta de su pareja y una evidente erección que necesitaba ser atendida. Las medias de encaje eran como una especie de lazo que adornaba el regalo que lo esperaba. Nahoya estaba un poco más tranquilo pronto tendría a Ran consigo. Sin embargo, la oscuridad no le advirtió sobre un intruso en su entrada, Ran de verdad quería hacerlo suplicar por un rato.
—Bien empecemos...
Nahoya pudo sentir una leve vibración en su parte baja, esta sensación se adentró en su cuerpo de una sola estocada. Dejó salir gemidos al darse de cuenta de que Ran estaba usando un dildo en él.
—ah...mi...ah...mi amor...te quiero a ti...
Nahoya apenas pudo modular su voz a razón del cosquilleo en su parte baja. Su propio cuerpo lo amenazó en liberar su erección a razón del peso del éxtasis del momento. Pero el azote en sus glúteos lo hizo olvidar momentáneamente. Tuvo una oleada de placer inexplicable. Ran empleó el bastón de latex delgado de antes. Sabía que pasaría a continuación y Nahoya imaginó miles de escenarios en ese momento.
—Ran cariño...entra ya
—No me digas que hacer mi amor, mucho menos ahora
La voz gruesa de Ran y las embestidas suaves con el dildo fueron suficientes para que Nahoya perdiera el control de su cuerpo. No aguantó más y se dejó venir. El semen empezó a escurrirse sobre su estómago. No paró y el líquido seminal empezó a deslizarse sobre las medias de sus piernas. Uno, dos, tres azotes chocaron contra los glúteos del pelinaranja.
—Creí haberte dicho que no podías sin mi permiso, parece que olvidaste quien tiene el control sobre ti
—mmh... tú... tú mi amor... solo tú
Nahoya apenas era capaz de gemir las palabras. Sus puños se tensaron al ritmo en que el juguete entraba y salía de su entrada. El ritmo fue tan placentero que hizo que vaivén de su cuerpo ocasionara que sus muñecas enrojecieran por el acero de las esposas. El éxtasis podía percibirse en el aroma de la habitación. Nahoya estaba aprendiendo a conocer el placer de nuevas formas gracias a Ran y no podía estar más agradecido de tener al amante que deseaba para él.
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Secretos Parte I: Confidente [Ran x Nahoya]
FanfictionEl amor clandestino es un riesgo que casi nadie está dispuesto a tomar. Pero en un mundo de santos y aburridos la locura era una tentación constante. Para Ran Haitani la tentación tenía nombre, apellido y una hermosa sonrisa 🏶NSFW 🏶 Historia Cort...