2.- No estaría tan mal.

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En el capitulo anterior:

Miro abajo y se topó con su bello y desnudo acompañante acurrucado en su pecho- ¿EEEHHH? – y no sólo eso, sino que se topó con su propia y sexy persona en las mismas condiciones – AAAAAAAHHHHHHHH – grito... pero Yamaguchi ni así despertó.


Ahora:


"No..." un rubio se apretujaba la cabeza, aun permanecía en esa cama, ahora sentado y su bello y desnudo acompañante rodeándole por las caderas "no no no no no no no" – Yamaguchi despierta – susurro, su voz apenas y salió "no puede ser"


Movió al pecoso por los hombros mientras mordía su labio inferior con nerviosismo, eso le dolió más de lo normal, ¿Por qué sus labios se sentirían tan...? "Oh, Dios no" dijo al mirar los rojos labios de Yamaguchi, obviamente lo había provocado él, así que lo raro que siente en sus labios fue provocado por Yamaguchi – Despierta – aun moviendo eso hombros que ahora no solo era cubiertos por pecas sino también por... ¿mordidas?, "Dios, quiero morir" se dijo mientras pasaba sus dedos por sus cabellos en signo de desesperación – Yamaguchi por favor despierta -En esta ocasión casi lloriqueó.


-Mmmm, hoy no tengo trabajo Tsukki – susurro sin abrir los ojos y le dio la espalda al rubio, tanteando por las sábanas para cubrir su piel.


-No, no no no no, no es eso, en serio despierta... por favor – Yamaguchi frunció el ceño y se extrañó ante la desesperada voz de Tsukki.


-¿Que ocurre? – se tallo los ojos y se trató de incorporar por lo que las sabanas estaban por abandonar su fino cuerpo.


-Espera -Dijo Tsukishima mientras le colocaba sabanas sobre su torso.


El pecoso abrió los ojos y miro con asombro a su amigo - ¿Qué te paso? – los labios de su amigo estaban hinchados, sus hombros y pecho arañados – ¿Con quién estuviste Tsukki? ¿Por qué te acuestas así en mi cama? – Ahora el pecoso frunció el ceño – Tsukishima Ke... aaah – Yamaguchi quiso pararse, pero un dolor, un verdadero dolor en el culo se lo impido...


-¿Ya... Yamaguchi? – Tsukishima tenia las manos levantadas con la intención de ayudar a su amigo pero sin tocarlo, demonios lo hizo hasta el final... a modo de cámara lenta vio como Yamaguchi ahora dirigía su mirada a su propia piel, Tsukishima trago ante los hematomas formados en los pezones y junto a las caderas, muy cerca de... allí.


-No... ¿qu... ¿co... ¿qui...- El pobre pecoso no sabía ni que preguntar. Miró a su amigo y sus ojos se cristalizaron.


Tsukishima lo tomo por lo hombros – No llores... que yo también estoy a punto de llorar.


-Tsukki – el pecoso se aventó al pecho de su amigo – me duele el trasero – lloró.


-... yo...eh... lo siento Yamaguchi.

*

*

*

Luego de respirar y contar hasta mil, decidieron que primero debían vestirse, pero ciertos fluidos en sus cuerpos indicaron que lo mejor era ducharse.

Éramos amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora