≪CAPÍTULO 1≫

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HELA...

6 años de edad...

—¡Hela, Mamá vino del trabajo a visitarte! —gritan.

Me levanto de un brinco disparada para bajar las escaleras y a la entrada de la casa encontrar a mamá en cuclillas con los brazos abiertos.

—¡¡Mami!! —Corro abalanzándome sobre ella quien me recibe gustosa.

—Cariño... ¿Cómo has estado?, ¿Qué haz hecho?

—¡¡Te extrañé!! Mucho, mucho. Hice muchas cosas, dile Nana. —Le pido a mi cuidadora—. ¡¡Te enseñaré mis muñecas nuevas, Mami!!

De pronto una sombra grande se cierne sobre mí, alcé la vista encontrándome con un gran hombre, alto, mucho más alto que mamá. Estaba vestido de militar.

—Wow... ¡Un superhéroe!

El hombre sonrió chistosamente.

—H-Hola, corazón... —¿Por qué estaba nervioso? me pregunté.

Se arrodilló frente a mí y sobó mi cabecita. Reconocí al instante, que aquel hombre tenía todas las características que mi mamá me había descrito cuando le pregunté por mi...

—¡Mamá! ¡¿Él es mi papi?! —Le pregunté emocionada. Por fin lo había conocido.

¡Altísimo!, blanco, musculoso, tenía un poquito de barba, pelinegro, ojos azules y cara de amargado, aunque ahorita no la cargaba consigo.

El señor alzó las cejas en sorpresa, no se creía lo que había dicho. ¿Pensaba recién presentarse ante mí? Sea cual sea la cuestión de su ausencia; en ese momento no me importaba, solo quería estar con ellos.

—Sí, Cariño, te dije que iba a venir y vino. —dijo mamá.

—¡¡Wow!! —Mis ojos soltaban chispas de emoción—. ¡Eres grandioso papi, mami me dijo que luchas como superhéroe y salvas gente!

—¡¿Eso dijo?! —Se sorprende mirando con burla a mi mami que estaba rojita.

—¡Sí! Dijo que eras inteligente, fuerte, pero a veces bobito —río en carcajadas con su cara.

—Yo no soy bobito, corazón —se rió bajo—. Soy tu papá, Felipe Santoro.

—Mi ma' me dijo todo de ti papi, ¡lo bueno es que viniste! VAMOS a ver mis muñecas.

Los jalo a los dos hacia mi habitación. Pues quería animarlos, los dos tenían lagrimas en los ojitos...

—¡¡Hela, baja a desayunar, por favor!!

—¡Ya voy Nana!

El grito de nana me despierta del recuerdo en el que estaba sumida. Bajo y le pregunto si mis papás han escrito. Me dicen que desde la semana pasada nada.

—Sabes que son ocupados, no te desesperes que todavía no se acaba la semana.

Bufo asintiendo para comer mi desayuno. El que ella me cuide y sea una madre para mi, no quiere decir que no quiera o necesite ver a mis padres.

—¿No van a venir? —pregunto inconforme, como siempre, con su ausencia.

—Mmm creo que no.

—¡No vienen desde mis quince, Nana, ya tengo dieciocho! —Siempre viajan, sin embargo las visitas no faltaban, pero ahora... No han aparecido en años y solo me contactan por llamadas rápidas. Tengo miedo de que pase lo mismo que con las visitas y ya no vuelvan a estar conmigo.

ESCLAVA DE LA MAFIA ~ TOJI FUSHIGURO ~© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora