·ﾟ| *: Traidores... Son los más peligrosos tipos de enemigos.
Se esconden solos en las sombras, y caminan bajo el sol contigo. Una cama de rosas y hermosas mentiras... llenas de espinas e intenciones venenosas.
La familia Lee quiere que sus integran...
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No era frecuente que su abuelo se emborrachara.
Siempre fue un obseso del control. Todo tenía que estar perfectamente controlado, desde cómo olía la mansión hasta cómo vestían él y sus primos. Como resultado, la indulgencia de su abuelo con el alcohol era muy limitada.
Pero cuando lo hacía, era el infierno en la tierra.
Taeyong no era capaz de levantarse. Estaba tumbado de lado en el frío suelo, con el brazo alrededor de su estómago y una mano apretada contra sus costillas. Le dolía. Le dolía, quería vomitar y no podía respirar bien, sólo se ahogaba con el charco de sangre que tenía en la boca, que le corría por los labios y caía sobre las baldosas blancas inmaculadas.
Su abuelo seguía paseándose enfadado de un lado a otro de la habitación, con una botella de Jack Daniel's en la mano, murmurando algo sin sentido para sí mismo.
Taeyong giró la cabeza, ignorando el dolor palpitante que sentía en la parte superior del cuerpo, y encontró a Renjun apoyado contra la pared. Miraba a Taeyong con los ojos muy abiertos y las extremidades temblando violentamente.
Oh.
Renjun nunca había visto al abuelo de Taeyong en estado de embriaguez, ¿verdad? Sí, esta era la primera vez.
Renjun tragó saliva cuando sus ojos se encontraron. Sólo tenía dieciséis años, no debía presenciar algo así, especialmente alguien como Renjun, pensó Taeyong.
— ¡Mierda!—
Renjun dejó escapar un quejido al oír la voz de Sungjin mientras seguía caminando.
— Está bien.— dijo Taeyong, pero la expresión abatida de Renjun sólo se hizo más profunda.
Estaba bien. Era Taeyong quien estaba tendido en el suelo con sangre en la boca, no Renjun, así que todo estaba bien.
