·ﾟ| *: Traidores... Son los más peligrosos tipos de enemigos.
Se esconden solos en las sombras, y caminan bajo el sol contigo. Una cama de rosas y hermosas mentiras... llenas de espinas e intenciones venenosas.
La familia Lee quiere que sus integran...
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Las calles de Seúl están vibrantes y vivas como cualquier otro sábado por la noche, la gente riendo, bebiendo y paseando con sus familias, parejas o amigos era una imagen habitual a esas horas.
Lo que no era una visión común era ver a un Mustang GT Rojo persiguiendo a una moto a gran velocidad, la persona de la moto conducía como un loco, jadeando bajo el casco mientras observaba al conductor del Mustang sonriéndole malévolamente.
Como un cazador que tiene a su presa a la vista y sólo está jugando con su comida.
Hay múltiples bocinazos y maldiciones hacia él cuando cruza delante de un coche en marcha o se salta un semáforo en rojo, pero a él le da igual, esa gente no lo sabe, pero él está corriendo por su vida.
— Toma el callejón a tu izquierda ahí lo vas a topar de frente.— Le indicó la voz en el auricular, el pelimorado soltó un bufido de fastidio pero cumplió lo ordenado.
Giró violentamente el volante del auto hacia la izquierda dentro del oscuro callejón de mala muerte, lo único que había ahí era gente a un suspiro de la muerte, vagabundos que se harían ciegos y sordos por un par de billetes.
— Objetivo a seis metros de distancia y acercándose.—
— No estoy ciego, Sapphire, puedo ver el rastreador perfectamente.— Contestó, mantuvo el pie en el acelerador hasta que vio la alumbrada salida del callejón y la motocicleta en la que su tío trataba de huir.
Rápidamente abrió la puerta del coche acelerando aún más, Dahyun no tuvo tiempo de frenar antes de chocar contra la puerta del auto y caer dolorosamente de la motocicleta.
Fue un milagro que la moto no explotara al chocar, aunque no puede decir lo mismo de su tío, el hombre debió romperse varios huesos por el impacto.
Taeyong salió del coche con una sonrisa de satisfacción, vestido completamente de negro, zapatos y un traje perfectamente pulcro y elegante miró el reloj en su muñeca chasqueando su lengua con desagrado.
