Восемь

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la casa de Dazai olía a antigüedad, eso en resumen... ciertamente a Fyodor ese aroma le parecía extraño pero no desagradable siendo sincero. Dazai guardaba las cosas que había comprado con su mano izquierda, ya que era verdad lo de su mano lastimada, al ruso le pareció como si ellos fueran una pareja, una pareja recién casada... pero ciertamente era peligroso el simple hecho de acercarse a conversar con él, podrían matarlos o enviarlos a prisión.. Fyodor se extrañaba de él mismo, sus ideales religiosos, su mentalidad, sus creencias se estaban llendo al demonio por ese chico castaño.

-aterrador, estás mirándome fijamente como si acaso no estuviera consciente- solto una risa, lanzando una pequeña bolsa de un raro dulce japonés en forma de un gato

-es de chocolate.- agregó tomando asiento a su lado, Fyodor saco al pequeño gato de pan de su envoltura y con ello lo mordió suavemente, descubriendo un sabor a chocolate exquisito -mi padre tardará en volver del trabajo- murmuró indirectamente, el sacerdote se puso rojo y con ello Dazai carcajeo cerrando sus ojos con una sonrisa -Oda Sakunosuke, así se llamaba un hombre que conocí en Japón, lo traje conmigo a Rusia para que conociera él país de mi padre, mis amigos de Rusia ya lo conocían previamente, ellos habían venido a Japón.. sin embargo Astushi se unió a nuestro grupo el mismo año en que fuimos a Rusia y el muy estúpido... dijo "¡oh! ¿son pareja? no creí que Oda fuera homosexual" dios.. habló prácticamente gritando en medio de una feria de invierno, ¿que creés que sucedió?- cuestionó camuflando su furia.

Fyodor suspiró, era exactamente lo que se imaginaba.. -murio, ¿no es así?- murmuró y Dazai negó -no, lo asesinaron.. desgarraron su pecho por completo escribiendo "abominación" ¿que creés que le dije a su madre? ¿como crees que me sentí al verlo en la puerta sin vida?- 

el ruso miro al chico castaño, comprendía perfectamente el porque tenía tanto rencor hacía ellos -Mori fue el único que me comprendió.. los demás simplemente justificaron el comportamiento de Astushi, tengo la sensación de que.. bueno.. lo hizo con intención, porque en el mismo funeral dijo que le atraía y que haría lo que fuera por ganar mi afecto- el ruso pensó en esa teoría que ciertamente le parecía fácil de creer.

-debo irme, Dazai- se levantó y el castaño hizo exactamente lo mismo mientras asentía -bien sacerdote- Fyodor no callo ante aquella provocación y simplemente se fue a la capilla, sin dejar de pensar en las palabras de Dazai y en lo que se había enterado... ¿que podría pensar exactamente ahora? Fyodor se desconocía completamente ¿porque se sentía tan atraído? eso definitivamente era un pecado. "lo asesinaron.. desgarraron su pecho por completo escribiendo abominación" pensó de repente y apretó suavemente sus labios, francamente debería de andar con cuidado... de lo contrario la historia podría repetirse y el pecado de la muerte jamás se lo perdonaría... nunca.









-podéis iros en paz- hablo el sacerdote, recibiendo por respuesta al unísono -demos gracias a Dios-

la gente platicaba mutuamente y se retiraban poco a poco, Fyodor estaba limpiando el altar en el proceso, intentando ignorar la presencia del chico mas llamativo que había conocido en su vida, incluso el mismo -buenos días, sacerdote- hablo Dazai sonriente mas sin embargo fue contestado con un -buenos días- habló de forma seca.

Dazai lo notó de inmediato, simplemente decidió dejar de insistir e irse de la iglesia, sin embargo al estar afuera del lugar miro a las personas por un segundo, prestando atención a sus conversaciones y finalmente sonrió caminando hacía algun puesto de comida rápida -jueves de confesión- murmuró para si mismo; Dazai continuo con su camino mientras caminaba a su destino, pensó por un momento en lo que había ocurrido en el supermercado anteriormente, seguramente Fyodor estaba confundido con su actitud y ciertamente Dazai también lo estaba, si bien solía coquetear mucho jamás llegaba a el nivel que había llegado ahora, un sacerdote ¿sería avaricia? no podía comprenderlo... tal vez era ese deseó de hacer algo prohibido e impuro ante la sociedad, el deseó de sentirse como escoria

𝑒𝑟𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora