предпоследний

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[penúltimo capítulo]


ágape es tan diferente a Eros, se supone que ágape solo puede compararse con el amor que Dios le da a la humanidad.
ágape... amor incondicional
eros... amor sexual
tal vez podrías preguntar ¿acaso los dos tipos de amor no pueden ser uno solo? la respuesta es simple, no.

-estoy harto- habló el castaño, ese sentido tan particular, ese momento en el que quieres darte por vencido de todo lo que haces o no haces... en el que simplemente piensas que al final de todo vamos a morir y que nada de lo que hagas en vida se quedará contigo después de la inevitable muerte, de esa forma se sentía justo ahora y por una razón que no comprendía

-¿porque?- preguntó el hombre mientras encendía el cigarrillo del pelirrojo, Osamu suspiró ligeramente -he estado insistiendo por una semana entera, ¡una maldita semana! ¡me mando al carajo!- saco su frustración en aquel grito, Mori y Chuuya no solían ver a Dazai en ese semblante, en realidad Nakahara era el mas vulnerable a estar enojado. -Bueno Dazai, solo a tí se te ocurre meterte con alguien así ¿que tal si simplemente fuiste un experimento? es hombre no conoce los placeres carnales piénsalo, ¿no lo creés así Mori-san?-

el hombre meditó por un momento el asunto, simplemente se encogió de hombros como ignorando el tema -tal vez deberías seguir con tu vida, ignóralo y continúa, aparte afirmas que no te has enamorado ¿que problema hay?-

Eros y ágape no se juntan, simplemente cambian entre sí.

-tienes razón, no debería de tomármelo así..- suspiró Osamu, calmandose y volviendo a su antigua actitud cotidiana, de repente un mensaje de un número desconocido llegó a su teléfono

[se tu secreto, tu y el sacerdote Fyodor Dostoyevsky se encuentran. ¿acaso deseás que se repita la historia?]

el temor llegó a cada partícula de su ser ¿quien era esa persona? Nakahara pudo notarlo algo alarmado, mas simplemente decidió no decir nada al respecto e ignorarlo, sin embargo el mayor de los tres no se calló -¿que te pasa? te has puesto pálido al recibir ese mensaje- el castaño despegó su atención del aparato y miro al hombre, Dazai negó sonriente como de costumbre mientras se levantaba de aquélla silla del parque -mi padre quiere hablar conmigo, así que debo ir a casa- se excusó, sin embargo el hombre sabía perfectamente que mentía en todo aspecto

-entiendo, te llevaré a casa en mi auto, también Nakahara ira a ver a su hermana ¿no es así?- hablo sonriéndo mientras que el pelirrojo asentía, el castaño bufó sabiendo que había sido descubierto en aquella actuación ridícula.

los tres hombres subieron al lujoso auto color hueso del mayor y partieron primeramente a casa de la hermana de Nakahara, los dos restantes se miraban por el retrovisor pero sin decir absolutamente nada... claro, hasta que el conductor habló -Te enamoraste del sacerdote ¿no es cierto?- preguntó el mayor, Dazai ni siquiera sabía como responder a esas palabras... se sentía ciertamente avergonzado de enamorarse de un hombre así, uno que parecía ser excesivamente puro y bueno, tal vez... ese fue su atractivo, que fuera un lobo vestido de cordero.

-no, bueno... no lo sé, tal vez, si.. me enamoré de él- admitió sacándole una pequeña risa satisfecha al hombre, finalmente al llegar al hogar del castaño Mori lo miro -deja de insistir y busca organizar tu vida, encuentra alguien quién te de paz... no que te la quité- habló.

poco después un estruendo se escuchó dentro de la casa, ambos se miraron mutuamente y bajaron deprisa del auto, ¿que sucedía? ninguno podía comprenderlo... Osamu con las manos apuradas abrió la puerta y entro junto con el mayor -¡papá ¿estás bien?¡- grito pero no recibió respuesta, ambos seguían buscando hasta que otro estruendo se escuchó, este provenía de la habitación de Dazai, los dos corrieron hasta el lugar y al abrir la puerta aquellos dos pares de ojos se juntaron con otro par.

eso no podría ser verdad... que ironía.

-¡no es lo que piensan!- hablo el hombre completamente avergonzado mientras miraba a los dos chicos frente a ellos, después Dazai apretó sus labios pero no de ira, no.. el quería reir tan fuerte para que todo el mundo lo escuchará

-¿como te atreves? tu doble moral es tan ridícula, padre- Osamu miro a su padre y después miro a sus acompañantes, una mujer y otro hombre sin embargo lo curioso de la situación era que la mujer extrañamente seguía vestida a diferencia de los dos hombres restantes

aun así simplemente pudo pensar en su madre, tal vez ella había vivido engañada con un hombre que jamás la amo realmente, para Dazai eso era verdaderamente triste, un origen de su vida triste y vergonzoso.

salieron ambos de la habitación, y Dazai sintió mas asco con el solo hecho de pensar que estaban esos tres en su propia habitación donde dormía, que desastroso... mas sin embargo no sentía capaz de criticarlo por el simple hecho de que el estaba en esa situación, con una importante diferencia.... su eros había cambiado a ágape.

que grave error








al salir de la casa Mori solto una pequeña risa, sacando un cigarrillo y prendiendo esté dándole una profunda calada expulsando el humo por su boca hacía el cielo; Dazai le miro de reojo notando como le ofrecía parte del cigarrillo -Soy menor de edad Mori, cumplire los 18 en un año, pueden meterte en prisión- murmuró y el adulto bufó -callate-

el castaño soltó una pequeña carcajada tomando el cigarrillo aspirando su humo -¿que es lo que piensas hacer ahora?-pregunto, el castaño pensó -recibí un mensaje hace rato, prácticamente están amenazándome de muerte- murmuró, el pelinegro observo al contrario -Akutagawa no quería que te lo dijera, pero... el hablo con Astushi y le contó sobre tu interés al sacerdote; puede que haya sido él- reveló haciendo que el castaño abochornado soltara un suspiro por la semejante frustración que sentía, ese sentimiento... tan... similar.

¿quien era su salvador? ¿como? ¿un Dios acaso? no... un Dios no podría ayudarlo aunque tuviera la intención de hacerlo. Necesitaba algo mas para salvarse, algo que incluso juro no tocar alguna vez por dignidad... y no la propia.



esa misma noche, después de ignorar las múltiples llamadas de su padre llego a la iglesia, hacía frío, sus ojos estaban secos por la falta de humedad, sus labios ardían por la misma razón, deseaba dormir... pero tenía algo importante que realizar todavía.

tomo una piedra del suelo y la lanzo hacía la ventana del sacerdote, miro la luz prendida, sonrió mirando una sombra asomarse y Dazai saludó; después fue hasta la puerta de la casa cural, sin embargo cuando esta se abrió fue todo completamente diferente, el sacerdote de cabecera se encontraba ahi, en lugar de su... de su mismísimo ágape -Dazai, esperaba que vinieras- dijo el anciano invitándolo a pasar, cosa que el japonés hizo, al estar dentro quízo buscar al joven ruso pero fue interrumpido -El no esta aquí Dazai, me enteré de sus encuentros, lo he transferido a San Petersburgo- explicó. En ese momento.... ni siquiera pudo reaccionar, parecía como si acaso no le importará la noticia... pero en realidad... eso no era cierto.

-Fue... mi-

-Si Dazai, fue tu amigo, Astushi Nakajima- interrumpió dando una respuesta que el castaño no se había planteado por que tenía todo el sentido del mundo -entiendo..- contestó el castaño, después de eso se dió la vuelta dispuesto a irse de ahí

-una cosa antes Dazai.. ¿tu lo amabas?- preguntó el anciano, Osamu sonrió en agonía y miro al sacerdote -no diga tonterías, padre.. todo esto simplemente es Eros-

tal vez su salvador no era un Dios, un Dios no podría protegerlo; el necesitaba algo mas, algo que juro jamás tocar por su difunta madre.

Él... necesitaba una diosa.

𝑒𝑟𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora