Sen Çal Kapımı: Narraciones...

Carta I

Serkan, mi amado. Una vez dije que aunque me fuera, la parte de mi alma que era capaz de amar se quedaría contigo. Fué así, estaba vacía y hundida en la tristeza hasta que me di cuenta de que una parte de ese amor se quedó conmigo, cobrando vida. Cuando escuché sus latidos recuperé la fuerza, pero no logré conseguir la valentía necesaria para llamar a tu puerta. Pienso en todo lo que dijimos, el daño que nos hicimos y no puedo imaginar una vida para ella en la que tenga que vivir con tu indiferencia. Hace unos meses supe que sería una niña e inmediatamente quise correr a contartelo, en cambio, busqué algo de nosotros que pudiera tener en mi mano para dárselo, para tenerte cerca. Fui a una heladería de Italia, leí en voz alta, para que ella escuche, sobre aquel príncipe valiente que era único en el mundo. Tú, aunque no sepas sobre esta flor que creció en julio, eres único en el mundo para nosotras incluso en la ausencia. Huí de los éxitos, de las cámaras y me aferré al paisaje de un pueblo, lejos del resto. Me recuerda al lugar que imaginaba cada vez que hablamos sobre comenzar de nuevo, aunque tenga que estar por mi cuenta viendo las estrellas en la noche más oscura. Cuando paseo por el jardín y me pierdo en los recuerdos, imagino que hay un infinito para nosotros en el que la felicidad junto a nuestra pequeña es la recompensa a nuestra lucha constante contra, ¿Quién sabe? Tantos obstáculos, tan injusto para dos personas que sólo querían amarse. Cuando la siento, sé que ella será vida que nos mantenga unidos con un hilo invisible. Y también sé, que probablemente si estuvieses aquí me dirías "Eda, no podemos llamar a la niña Kiraz" pero no existe nombre más perfecto.
Sé que no puedo hablarte, que lo último que quieres es oír mi voz o ver mi rostro, pero no puedo evitar el intento de decirte, incluso en una carta que jamás te llegará, que tendremos una hija, Serkan. Será nuestra y  te amará; y así, tanto como yo, te necesitará. No sé si el dolor se irá, no sé si tendré la fuerza para mirarla y evadir las preguntas sobre ti, porque me dolerán y porque no sé cómo explicarle que estás en algún lugar pero no en nuestras vidas. Ahora sé que hay una Eda después de ti, aunque jamás hubiese querido enfrentar a una vida sin tí a mi lado, sin embargo, las pataditas en mi vientre, feroces e incómodas, me recuerdan la dulce espera para conocer a la gran compañera de mi vida. Agarro el miedo de la mano, dejo a un lado la triste y me preparo para ser la madre que necesita, una Eda con un rol que siempre deseé. Antes no estaba segura de poder superarte, ahora tengo la certeza de que serás inolvidable y en parte el dolor será por amarte tanto sin tenerte conmigo, con nosotras.
Pronto llegará el día y la sostendré en brazos, voy a mirarla a lo ojos cayendo en un hechizo. Volveré a enamorarme de un “alguien” creado por nosotros.
Serkan, mi gran amor, si algún día vuelves a nosotras, si fueses capaz de perdonarme y de amarla, será el día en el que recupere aquella parte de mi que te pertenece y estaremos completos. Es un sueño, es un deseo que le pediré a las estrellas fugaces que veré junto a nuestra dulce bebé, es una necesidad que tiene mi corazón de llamar a las puertas de tu corazón, aquel del que me arrancaste. Vivirás en mis recuerdos y vivirás en Kiraz. Te aseguro que nadie tendrá tu lugar, a nadie llamaré mi amor y a nadie más ella llamará papá. Siempre serás único en nuestro mundo, Serkan Bolat.