Eda sintió enloquecer y con la vista al mar se preguntaba cuánto aguantaría cerca suyo, con los sentimientos desbordando y el dolor de un amor no correspondido dejándola sin barreras. "Ha perdido la cabeza, ¿Qué es lo que quiere?" se preguntó antes de gritar.
—¡Me voy a volver loca! ¡Realmente me volveré loca!
Lo vió guardar la maleta en el maletero con esa sonrisa triunfadora. ¿Qué había ganado? ¿Su corazón? Efectivamente. Esa estaba cansada de escapar de sus sentimientos pero ella no sabía que, Serkan, estaba a punto de ceder a los propios.
—Te has vuelto loco, ¡Perderé mi vuelo! —dijo con la voz alterada.
—Está bien, te enviaré en un vuelo privado —espeto, tan tranquilo que Eda quiso estamparle el bolso e irse.
Serkan se acercó hasta quedar frente a ella, con la mirada cargada de un sentimiento que Eda no podía reconocer pero lo cierto es que había muchas cosas en él que todavía no entendía. Una de ellas, porqué estaba ahí.
—¿Qué es lo que quieres de mí?
—¡Que hablemos!
—¡Me volverás loca! —volvió a gritar, perdiendo la cuenta de cuántas veces había repetido lo mismo pero era cierto, su corazón, su alma y sus sentimientos estaban envueltos en la locura por el hombre frente a ella—. ¿Por qué no me dejas ir?
—No puedo dejarte ir, Eda —respondió con obviedad.
—¡Dejame ir!
—No.
—Escuchame bien. Es suficiente —dijo con un hilo de voz, intentando contener las lágrimas—. ¡Suficiente! Estoy cansada. Realmente estoy harta de todo esto, ¿No lo entiendes?Él negó con la cabeza esquivando su mirada, Serkan no podía creer lo que estaba por salir de su boca pero si no lo decía iba a ahogarse, en la misma clase de vacío que sentía con la ausencia de Eda en su vida. La miró y sin dudar más soltó:
—¿Estás harta? ¿Tú estás harta? Te aseguro que yo estoy harto. ¡No sales de mi cabeza nunca, estás en cada uno de mis pensamientos, te apoderaste de mi mente y te adueñaste de mi! —la voz de Serkan salía disparada con el ademán de sus manos—. Yo estoy harto, Eda
Eda no supo manejar la sorpresa pero antes de dejarse guiar por sus palabras, con sus nervios aumentando, le dió un empujón.
—¡Entonces vete! ¿Entendido? ¡Vete!
—No me voy a ir. —sentenció Serkan.
—¡Que te vayas!
—No.
Eda no sabía manejar la situación pero tenía miedo de caer, mientras que él ignoraba el paisaje rodeandolos para mirarla.
—¿Qué no te habías ido a hablar con Selin? ¡Ve con ella!
—No me fuí y no iré.
—¿Por qué estoy preguntando? —se pregunto a sí misma con la intención de alejarse—. Siempre haces lo que quieres. Yo me iré.Ella no alcanzó a dar unos cuantos pasos cuando él volvió a pedírselo firmemente.
—Eda, no te vayas.
—Me voy a ir, Serkan.
—No te vayas, Eda —repitió ubicándose frente a ella.
Los labios de ella temblaron y con la poca paciencia que le quedaba dijo:
—Dame una sola razón para que me quede, Serkan. ¡Sólo una razón!Un momento de silencio tomó lugar entre ellos y Eda esperaba una de las excusas automáticas del robot, algún motivo de trabajo, ¡Tal vez hasta le pediría que fuera su chófer! Siempre con algún disparate que la confundía más. Él, preso de la emoción que jamás creyó llegar a sentir, no pudo seguir pensando en alguna otra razón para no poder soltarla.
—Estoy locamente enamorado de ti —confesó rendido, y antes de ella pudiese reaccionar, la atrajo de la nuca para estampar los labios contra los suyos.
Eda, al contrario del temor de Serkan, no tardó en corresponder el beso, uno que no esperó pero hizo retorcer su alma de una felicidad nueva y maravillosa. Era cuestión de tiempo de que ambos abrieran las puertas de su corazón. Uno que había llegado a sus vidas sin aviso previo, que cambió sus miradas y les dió una nueva perspectiva de la vida.
El atardecer pintaba el cielo, el tiempo pareció detenerse y sus labios no podían separarse. Lo habían esperado, se habían resistido pero ya no podían apagar la llama que los encendía. Dejó de existir el mundo y sólo había espacio para ellos.
Se alejaron cuando les faltó el aire pero sobraban repuestas, en la sonrisa de Eda y la mueca de Serkan. Sus ojos hablaban, el viento soplaba y sus corazones latían con fuerza, como si supieran que después de ese beso, no volverían a latir ni sentir con la misma intensidad si fuesen otros labios. Nada vuelve a ser igual cuando tu alma despierta y se encuentra enlazada a quien es el amor de tu vida.
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Sen Çal Kapımı: Narraciones...
FanficEscritos y narraciones hechas por mí, inspirados en la dizi turca "Sen Çal Kapımı". Anteriormente se encontraban en mi cuenta de Instagram @/tattooedser y ahora permanecerán aquí para entretenimiento de las personas que quieran revivir aquellas esce...