Después de conocer a aquella chica en tales circunstancias, no podía sacarla de su cabeza.
Lentamente sin darse cuenta se enamoro de ella, de aquella chica más fría que el invierno en diciembre. Pará su suerte, a él le encantaba el invierno.
Era dem...
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"Mundo de cristal"
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LA PREOCUPACIÓN aumentaba a medida que pasaba el tiempo, ella no logró conciliar el sueño en todo lo que resto de la noche, tratando de idear formas para conseguir nuevamente el dinero.
Su mejor amiga quien la tomaba de la mano con angustia ante la situación, metió su mano en el bolsillo de su suéter sacando algo de dinero.
-Toma —Estiró la mano —Se que no es mucho pero tal vez te sirva de algo —La miró tratando de ayudar —
La pelinegra tomó sus manos y volvió a cerrarlas —No es necesario Ming-Bae, conservalo —
-Pero quiero que tu lo tengas, quiero ayudar —Respondió la castaña entregándole el dinero en la mano — Pronto solucionaremos esto, juntas —Sonrió —
Ella sabía que podía confiar en su amiga, hace años que lo son, a pesar de su carácter ella era la única que la soportaba, sabía por lo que pasaba en su casa, es por eso que jamás se alejo de ella.
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No quería estar en casa.
Seguía molesta, irritada y llena de resentimiento, no podía pasar ni un segundo más ahí.
Tomó su chaqueta de la silla y fue directo al cuarto de su abuelo.
Al verla este sonrió, ella se acercó y beso su frente —Vuelvo en una hora, no me tardó — Sonrió abrazándolo para después salir de la casa —
Hoy el clima no era tan frío como de costumbre, la corriente del aire parecía no tener dirección alguna por lo cual las hojas regadas por los suelos se movían por do quiera.
La noche oscura se hacía presente en las calles, las tiendas comenzaban a cerrar y la gente en la calle comenzaba a disminuir.
Sería poco racional decir que no se sentía más estúpida de lo normal por huir de esa mujer, recientemente empezaba a tener la costumbre de salir de la casa junto con más hombres como si la vida no le importara.
