Lamento.

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— Si yo hubiese notado que no podías sonreír de corazón... Entonces... ¿Te hubieras quedado conmigo, Suguru?

Fue lo que Gojō preguntó, sentado a su lado tras haber roto su cuello con ambas manos. Recargándose en la pared con la cabeza de Suguru en su hombro.

Quien ahora tenía sus ojos cerrados, como si estuviera descansando de una larga pesadilla. Y se ve tan calmo, que no pareciera que en realidad fuese un enemigo de ellos.

Parece más como si fuesen ellos dos, disfrutando de un día tranquilo luego de una ardua misión.

Sólo ellos dos.

Permitiéndose tener al otro cerca.

Siendo sólo Satoru Gojō y Suguru Getō. Nada más.

Y que esto no era en realidad Satoru con el cadáver de su mejor amigo, haciendo preguntas que no tendrán respuesta y sólo silencio hiriente.

Silencio que le clava un cuchillo en el pecho y que con cada segundo que pasa, más se hunde el filo en su corazón.

Y.

Satoru no puede mantener más su actitud relajada e indistinta.

Le está doliendo como brasas el hecho de que Suguru ya no está, se le está revolviendo el estómago de sólo pensar que acaba de arrebatarle la vida a su mejor amigo y le hiere profundamente que, todo esto fue su culpa.

Si tan sólo hubiera llegado momentos antes de que Toji Zenin disparara y matara a Riko, entonces Suguru no se hubiera deprimido.

Si tan sólo hubiese notado que Suguru estaba empezando a dudar de sus ideales.

Si tan sólo le hubiera brindando un abrazo y un palabras tan simples como «Estoy aquí, Suguru» en señal de apoyo.

O si hubiera hecho un tiempo especial para hablar con él y que se desahogara...

Suguru... ¿Nunca hubiera desertado?

—... Soy un idiota.

¿De qué servía ser el hechicero más poderoso del mundo si no pudo salvar a su mejor amigo, la persona más importante para él?

¿De qué servía ser Satoru Gojō si Suguru Getō no estaba a su lado?

Las vendas estaban empapándose pero fingió no notarlo y se tragó un suspiro-sollozo.

— Perdóname, Suguru.

Por no darme cuenta.

Por ser idiota.

Por ser mal amigo.

— Perdóname...

(Pero los muertos no escuchan y—

Suguru nunca podrá decir «No es tu culpa, Satoru», con una sonrisa serena para secarle las lágrimas).

-Traumada Taisho

Finalmente les hice algo a estos dos —dolor en hechicero—.

Si yo  [Satoru & Suguru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora