Día 6 - Sharno

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Las contradicciones y las tonterías eran abundantes en la vida cotidiana, desde expresiones como "salir afuera" hasta afirmar odiar a ciertas personas mientras eran más más cercanas y continuar una vida junto a ellos, toda clase de acciones mostraban la falta de congruencia entre lo que se siente, se cree y lo que se hace, así que no era raro vivir en medio de ese círculo vicioso siendo recompensado con daño o con beneficios.

Una excelente representación de dicha contradicción era aquel joven universitario que en esos momentos sostenía una carta entre sus manos con una expresión complicada, en pleno siglo XXI era demasiado absurdo escribir cartas, con la diversidad de mensajería instantánea, redes sociales e incluso los mismos mensajes de texto, tener entre sus manos una carta escrita a mano era tan anticuado que era especial, justo como la persona que se lo había mandado.

Podía leer la dirección de origen y el remitente, una letra firme y algo rígida había colocado su nombre, casi podía oír su voz, profunda y astuta, llamándolo con diversión como si la burla implícita fuera todo, tan amplia como el amor que decía tenerle.

Sostuvo la carta unos momentos y revisó de reojo su celular, no había una sola notificación, no del tipo de las que él esperaba pues ni un sólo mensaje o llamada estaba registrada a nombre de Shay Cormac pero ¿Cómo podría haber algo? Se había encargado de bloquearlo para dejarle ver que era real su enojo... Como un par de veces anteriores había sucedido, llegando al entendimiento tácito de que no cedería hasta que Shay pidiera perdón prácticamente de rodillas y reconociera que estaba mal aunque el error no necesariamente lo había hecho ese hombre.

Volvió su atención a la carta, con la distancia que había entre ellos en ese momento lo más seguro es que Shay al menos hubiera preparado una semana antes tal cosa, ese día debía pedirle disculpas, apenas iba a desbloquear su número y el contacto en su celular para esperar los mensajes de Shay, después de todo era un ciclo vicioso entre ellos pero seguía impactado por lo que tenía entre manos y no sabía que significaba.

¿Acaso había cansado a Shay al fin? ¿Quizá se había dado cuenta de lo mal que era su relación? O ¿Tal vez encontró a alguien de su edad? Arno juraba que no y aunque los celos lo consumían cuando sabía de Hope o de aquel otro hombre que se suponía era el mejor amigo de su amante, creía que en su vida sólo tenía ojos para él.

Dudó en abrir la carta, por una parte si sus sospechas eran ciertas al fin de "libraría" de ese hombre, al fin dejaría de ser cortejado por quien había sido tan insistente pero por otro lado ¿Estaba preparado para ser dejado?

Aventó la carta, él no iba a ser dejado, Shay era dejado por él, lo había rechazado muchas veces aunque jamás negó disfrutar las noches pasionales o sus citas llenas de ternura pero él dejaría a Shay, él le haría a un lado en su vida aunque ¿Y si no eran verdad sus sospechas?

Quizá era una nueva manera de rogarle, una forma diferente de pedir su perdón y claramente jamás le dejaría aunque la duda sobre cuál sería la opción más real le daban tiempo para volver a alzar la carta, verla un momento antes de darse cuenta que no podía perder el tiempo así, tenía que vestirse, ir a clases y después correr al trabajo para no perder ese alquiler que casi llegaba a su hora de pago.

Alguna vez Shay le prometió darle un buen lugar para vivir si dejaba su terquedad pero Arno quería presentarse como un adulto independiente así que se negó varias veces pero ¿Acaso estaba loco? Tener una vida más fácil era una buena opción, sólo era que su orgullo le daba para tomar decisiones poco inteligentes.

Abrió la carta, aún con temor de ver su contenido, observando la carta simple y con apenas un par de palabras.

No tenía mucha formalidad, no había fecha, ni siquiera un poco de cuidado con ello, apenas se leía su nombre a secas al inicio antes de una breve redacción.

Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora