Al principio del trayecto hizo correr a Pang a máxima velocidad, quería alejarse todo lo posible antes de que su madre se percatara de su partida.
Cuando se encontraba cerca de la salida del bosque decidió parar a descansar un rato.
-¿Que vamos a hacer ahora,Pang?¿Como vamos a encontrar a mi padre?-dijo mientras desmontaba y dejo que el animal bebiera de un riachuelo.
Hurgó en su bolsa y sacó el pequeño libro que contenía sus dibujos, paso las páginas contemplando cada uno de ellos hasta que dió con el que estaba buscando. Ahí estaba plasmado a la perfección el hombre de sus recuerdos que había resultado ser su padre. Eso era todo lo que tenía.
Debía llegar a Ciudad República y encontrar a su padre, el resolvería todas sus dudas.
Descansaron durante un rato más y luego caminaron hasta llegar a un pequeño pueblo portuario.Ya casi estaba amaneciendo y algunos comerciantes se preparaban para partir por mar. Alai ya había estado allí algunas veces con su madre y conocía algunas de las calles.Caminó al lado de Pang mientras los escasos transeúntes las miraban de reojo.
Al fin llegaron al muelle donde encontraron a unos mozos cargando cajas en un barco de considerable tamaño.
-Un barco tan grande sólo puede ir alli- se dijo para sí misma.
Ambas se acercaron hacia un hombre que parecía estar al mando.Era un hombre de avanzada edad, con el pelo negro salpicado de canas y cuya ropa de trabajo estaba sucia y arañada.
-Disculpe señor ,¿hacia donde parten?
El hombre se giró y la miro de arriba a abajo con el ceño fruncido.Ella se había puesto la mejor ropa que tenía :una chaqueta roja que su madre la había hecho junto con unos pantalones negros. Había recogido su melena negra en una larga trenza y había procurado no ensuciarse ni despeinarse durante el trayecto.
-Perdona niña pero no tengo tiempo ,este barco debe estar en Ciudad República dentro de dos días- confirmó el hombre.
-¿Podríamos viajar con ustedes?
El hombre dedicó una mirada a la bestia que se encontraba junto a la jovencita mientras esta le miraba con unos expectantes y brillantes ojos negros.
-Esto no es un barco de pasajeros niña, vuelve a casa- y se marchó a continuar con su trabajo sin dar tiempo a réplica alguna.
Alai suspiro triste y se sentó en la acera de enfrente observando como trabajaban los mozos.
-¿Y ahora que?- dijo cabizbaja .Pang le lamió la mejilla intentando darla ánimos pero ella la apartó- ¿Cómo vamos a llegar hasta Ciudad República?
Uno de los mozos, el más joven de todos, se acercó discretamente a ella después de comprobar que nadie le miraba.
-Si de verdad necesitas ir a la capital puedo colarte en la bodega.-dijo ocultándose tras el hurón gigante.
-¿¡De verdad!? -Alai se levantó de un salto.
-Shh-susurro el joven indicando que bajara la voz- Seguidme.
El chico las guió hasta la bodega donde las indicó que se escondieran entre unas cajas.
-Quedaros aquí y no hagáis ruido, intentaré traernos algo de agua y comida lo antes posible. Mientras tanto intentad que no os descubran.-se encaminó hacia la puerta y antes de salir repitió- No hagáis ruido.
Alai se acomodó sobre el pelaje de Pang para dormir un poco,había sido una noche muy larga.
La despertó la luz brillante que se colaba por un pequeño ojo de buey. Era el día siguiente al embarque, había dormido un día entero.Se asomó por la pequeña ventanita, era aproximadamente medio día. Se tambaleó ligeramente, era la primera vez que subía a un barco y comenzaba a sentirse mareada.
Se giró a ver a Pang y encontró un pequeño trozo de pan y un vaso de agua descansando sobre una caja.Devoró el pan de un sólo bocado y se quedo mirando el vaso de agua por un instante.
-Vamos a intentarlo- le dijo a su compañera.
Soltó aire y relajo sus músculos, alzo las manos frente al vaso y las elevó lentamente haciendo que el agua también lo hiciera formando una esfera delante de ella. Comenzó a realizar movimientos suaves y fluidos haciendo que un hilo de agua se moviera por la sala al son que marcaba con sus manos.Luego la volvió a dejar caer con cuidado dentro del vaso.
Se quedo con los ojos abiertos como platos. -E...era verdad- la chica se contemplaba las manos estupefacta.
Volvió a sentarse apoyada sobre Pang aun sin poder asimilar toda la información. Acababa de usar agua-control, ella una maestra-fuego.No, no era una maestra fuego, ella era el Avatar.
Tras varias horas acariciando y hablándole en voz baja a su peluda amiga se levantó y decidió probar con el aire-control.
Realizó unos movimientos con sus manos como si tuviera una pelota entre ellas y no tardó en aparecer una masa de aire girando a gran velocidad entre estas. Alai la mantuvo girando sobre la palma de su mano durante casi una hora, hasta que el incesante balanceo del barco paro. Ella corrió a mirar por el ojo de buey y contempló que ya habían llegado a su destino. Se apresuró a montar sobre Pang y salió corriendo del barco encontrándose con el hombre mirando atónito la escena mientras el joven que las había ocultado se golpeaba a sí mismo en la frente.
Alai rió mientras Pang corría por el muelle.
Allí estaba, frente a ellas, Ciudad República. Próxima parada templo de fuego.
ESTÁS LEYENDO
Avatar : La leyenda de Alai
Fanfic¿Que ocurriria si el futuro de las naciones dependiera de alguien que no conoce su verdadera naturaleza? ¿Que pasara cuando descubra quien realmente es? ¿Lograra restablecer la paz y cumplir su destino? Hola me llamo Alai, tengo 16 años, he vivido...