[Capítulo 5] Sempiterno

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Seokjin había llorado las últimas tres noches. 

— Sus lamentos podían escucharse a través de la puerta de su habitación, también una que otra queja. 

— Moonbyul se encargaba de llevarle el desayuno, la comida y por ende la cena. El castaño se rehusaba a comer en el comedor con JungKook, no después de todo lo que le había soltado.

— Aún no se lo creía, le atemorizaba estar con personas que parecían servir fielmente al mismo demonio, era espantoso. 

— Se encargaba de hacer una oración al despertar y antes de dormir, pedía por su vida, pedía perdón por si había hecho algo mal o por si su fé había caído. También pidió perdón por las almas de la aparente mansión dónde ahora estaba. 

— Incluso antes de comer hacia la oración por los mismos alimentos, pidiendo que estos no estuvieran contaminados y que no fuesen mortales para su vida. 

— Seokjin se negaba a salir de la habitación, se mantenía encerrado todo el día. 

— Moonbyul intentaba hablar un poco con él, pero el menor le daba respuestas tajantes que la mujer solo podía guardar silencio. 

— Ahora ni siquiera le dirigía mirada alguna. 

— JungKook tampoco se había aparecido por ahí, había ido a su habitación dos veces y Jin le rechazó las dos veces, negándose a siquiera verle en pintura. 

— Los pensamientos del Castaño estaban estancados. Ciertamente era tratado bien, no le hacía falta ni ropa ni comida, contaba con una buena cama para él solito y no se le obligaba a hacer nada, ni siquiera le castigaban o le pegaban como tanto temía. 

— Claro estaba que Seokjin había sido criado así, había vivido en una familia cristiana y por más buena que fuera tenían pensamientos que rechazaban cualquier contacto mundano o que no fuera devoto a Dios. 

Su padre le decía que las almas que caían en la tentación sufrirían eternamente, sin alcanzar la paz o el descanso eterno. 

— Al pequeño Seokjin le contaban demasiadas cosas. 

— Cómo que las almas que iban al infierno eran azotadas y tiradas a ríos y lagos de fuego, que tenían una condena que cumplir y que ahí, morían lentamente por segunda vez. 

— Las personas que iban ahí eran malas, que habían caído en la drogadicción, que habían prostituido sus cuerpos, que habían cometido adulterio o que habían mentido.

— Ahí iban los no creyentes. 

— Y para un pequeñín al que le enseñaron tales cosas era horroso. Teniendo que refugiarse en los brazos de su madre, orando hasta caer dormido. 

— No era culpa de Jin. 

— Y a JungKook le costaría llegar hasta el Castaño, calar dentro de él y hacerle ver que todo estaría bien, que en realidad todo era parte de un plan mayor. 

— Que desde pequeño había anhelado sus caricias, que había soñado con él y preguntado hasta cuándo le podría conocer. 

— Y que ahora que le conocía se quería enterrar en él, en sus delgados brazos e inhalar el perfume de su cuello. 

— Seokjin escuchó la puerta de la habitación ser abierta, no volteó a ver pues sabía que era Moonbyul llevándole la comida de la tarde. 

— Los rayos cálidos del sol entraban por el gran ventanal, el cielo anaranjado se podía ver siendo cubierto por las nubes rosadas. 

Born For Evil [Kookjin]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora