[Capítulo 2] Apatía

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Si ven que me equivoqué de nombre me avisan porfavor lo arreglaré rápido ‼️

— Jeon JungKook cumplía sus dieciocho años. 

— Con el paso de los años se había convertido en un jóven demasiado apuesto, con basto conocimiento y decidido. 

— Era lo que muchos llamaban un prodigio. 

— No había cosa alguna que no hiciera perfecta. 
— 
— JungKook era serio, con el rostro sereno pero emociones ardientes. 
— 
— Vivió algunas cosas que poco a poco despertaron el poder dentro de él, aunque no completamente. La grandeza de su ser se completaría hasta la edad de 23 años. 
— 
— Recordaba su niñez tan vivida en su mente.
— 
— Aún recuerda cuando tomó un cuchillo por primera vez. 
— 
— Era de noche, la mayoría de monjas dormían en la comodidad de sus colchones y él apenas tenía doce años. 
— 
— Daba la medianoche cuando un gentío se abrió paso en el convento, llevaban antorchas, palos y pistolas. Incluso iba con ellos una patrulla de policías. 
— 
— — ¡Los hijos de Satán deben de irse, deben de morir! —

— ¡Pecadores, ojalá y Dios tenga piedad de todos ustedes! —
 
— ¡Hijos del Demonio! — — 
— Las monjas pronto se alarmaron, corriendo y cubriendo las ventanas y puertas con tablones de maderas. Su único propósito era mantener a salvo al pelinegro. 
 
— La hermana Jisoo había ido por él a su habitación, despertándole de sus sueños y llevandoselo a rastras por los pasillos.

— ¿Por qué debemos de huir? —
Porque son capaces de herir de muerte a un simple niño como lo es usted, señor — había respondido la monja. 
 
— JungKook bien sabía que la mayoría de las personas le odiaban, tal vez le tenían miedo. 
 
— Pero no lograba entender el por qué se resistían, por qué no aceptaban la verdad y su destino. 
 
— No era algo que pronto se hubiese decidido con su nacimiento, aquello estaba en las mismas escrituras del Dios en el que tanto creían.
 
— Aún así se dejó hacer por la mano de Jisoo que le sostenía, la mujer pedía protección a su Señor para el pequeño. 

— Podía ver en la mujer la adrenalina y su preocupación hacia él, a decir verdad, la hermana Jisoo confiaba en él y él en ella, después de todo le había cuidado y criado.
 
— Sin embargo la gentuza de afuera logró entrar rompiendo las tablas, comenzaron a quemar todo a su paso, y pronto el convento estaba en llamas. 
 
— Tres minutos habían pasado y en el transcurso de ellos habían dado muerte a siete monjas con la excusa de que eran pecadoras y siervas de Lucifer. 

— Aunque aquello era verdad.
 
— Debajo del lugar había un sótano que conectaba con unos túneles, una salida de emergencia que muchas tuvieron que utilizar para huir. 
 
— Ambos bajaban unas escaleras, moviendo sus piernas con rapidez para poder escapar.
 
— Ya casi estamos fuera de aquí, tan solo siga un poco más — 
 
— JungKook había visto por algún pasillo que no recordaba el cuerpo de otra monja, Chaeryeong era su nombre. 
 
— También era quien le satisfacía sus berrinches cuando quería comer galletas y ella se las preparaba. 
 
— Le vio con el cuello desangrado y el vestido manchado, la sangre dibujó una triste muerte para ella. 
No pudo llorar su muerte, sintió su ausencia y un pequeño enfado se instaló en él, aún estaba en shock, tal vez aún no terminaba de procesar todo lo que ocurría. 
 
— Y es que siempre le habían asegurado que nada le pasaría, y de aquello estaba seguro, después de todo tenía un propósito, pero las monjas que le habían criado no corrían con la misma suerte. 
 
— Y como si algo quisiese que sus palabras siguieran cobrando sentido un par de hombres se aparecieron por la curvatura de un pasillo. 
 
— Llevaban escopetas y un machete, con la furia en sus rostros y dispuestos a acabar con ellos. 
 
— Jisoo chilló y se colocó delante de JungKook. 
 
— Quédese atrás, y en caso de que tenga que correr no dude y corra
 
— Los hombres se acercaron a ellos lentamente, como si quisieran intimidarlos y hacer que su muerte fuera más simple. 

— Como presas esperando que la madre dejase solo al pequeño. 

— Mujer, no te muevas y haremos que no sufras. Han pecado y deberán de pagar por sus actos.., Dios les perdone. — 
 
— Jisoo endureció la mirada y con un solo pensamiento en su mente se abalanzó hacia ellos. 
 
— El hombre que cargaba el arma arriba reaccionó y le disparó dos veces, el primer tiro dio en el vientre de la mujer y el segundo en el pecho. 
 
— El sonido ensordecedor se adueñó del lugar, el pequeño apenas y pudo reaccionar cuando vio como el hombre del machete le cortó el cuello a Jisoo al ver la perseverancia de esta. 
 
— Finalmente, el cuerpo cayó estrepitosamente, los ojos quedaron abiertos y la mano en el pecho. 

Born For Evil [Kookjin]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora