Capítulo 4. Un nuevo horizonte

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Luego de unos momentos, desperté con una tos horrible, me había salvado la vida Gaby.

— ¿Quién se ahoga en un vaso tan pequeño de agua? —Me preguntó de forma sarcástica

—Alguien que fue ahogado por una bruja—le respondí con dificultad, sin embargo, me reí con ella.

—¿Qué descubriste? —Me preguntó con una sonrisa mientras golpeaba mi hombro.

Le sonreí de forma picarona.

—Parece que en este lugar hay una bruja que detener, ya tengo su rastro, solo es cuestión de detenerla. —Le sonreí.

—Me gusta tanto lo eficiente que eres, ahora movamos ese trasero lobuno hacia donde está esa bruja. —Me dio una nalgada.

De pronto, el tiempo volvió a detenerse.

—Hazlo, deja salir al lobo, no te preocupes porque tu podrás controlarlo, tu solo eres el dueño de tu forma, así que úsala a tu favor cuando lo necesites, y tampoco tengas miedo, tu puedes volver por ti mismo o avísame si necesitas ayuda. —Me susurró Rose.

—¿Cómo lo hago? —Le pregunté.

—Agáchate cuando quieras volverte en un lobo pequeño, cuando quieras transformarte en la bestia, imagina que te liberas de tu cuerpo por completo. —Respondió con una sonrisa.

Sin embargo, no me dio tiempo de agradecerle, el tiempo había vuelto a la normalidad.

Me agaché en el suelo y comencé a olfatear a la encapuchada de hace rato, me transformé en un lobo blanco y comencé a seguir el rastro, sin embargo, Gaby también se había transformado en un lobo con hermoso pelaje oscuro como la noche.

Comenzamos a caminar por un denso bosque oscuro y frío. Escuchamos pasos cerca de nosotros, me puse en posición de guardia y comencé a revisar a todas partes, detectaba a alguien cerca. Lo atraje con gruñidos leves, los cuales hicieron que apareciera frente a nosotros.

Volví a mi forma humana y comencé a gritar del miedo al verlo con un arma en sus manos. Ambos comenzamos a gritar de forma desesperada.

— ¿Qué pasa, mi viejo perro! —Me preguntó con emoción al verme—¿Qué pasó con Christi?, ¿Ya la mataste como a la otra?

Le di un golpe en la cabeza.

—También me da gusto verte de nuevo, Barry Walker—respondí con desagrado—¿Qué haces aquí? Si es para tus mujeres, no tengo dinero.

—Es solo que me mandaron a cumplir un reto unos amigos. —Respondió de forma nerviosa.

Observé a la mujer encapuchada que entraba con prisa hasta la iglesia.

Lo empujé y corrí a cuatro patas, intentando seguirla. Aquella persecución terminó hasta una iglesia, la cual daba en una cueva cercana.

Al entrar, todo el sitio se llenó de una espesa niebla, sin embargo, olvidé ese miedo por la adrenalina del momento.

Volví a mi forma humana y encendí una antorcha, la cual dejaba ver horribles mensajes, símbolos en las paredes y cruces invertidas hechas con sangre antigua y fresca, entre los espacios de las bancas había cadáveres mutilados y con heridas espirituales. Sus almas habían sido consumidas por demonios.

—Que forma tan triste de morir...—Susurré—Requiescat in pace.

—Requiescat in pace. —Murmuró Gaby.

Observamos en el suelo una grieta, sin embargo, la pisamos sin precaución y nos caímos por un tobogán de tierra, el cual nos llevó a una cueva extraña.

Historia de un exorcismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora