Día Dos

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Llegué al apartamento y Carla aún dormía, Melania sin embargo estaba sentada a la mesa del comedor tecleando algo en su ordenador. El vecino del 105 me había ayudado con las jabas porque además de las que me había dado Filippo, traía las del mercado.

Me desperté a las cinco como todos los días, Filippo aún dormía y decidí pedir un taxi. Se despertó al escuchar mi voz y le expliqué que tenía clases a primer turno y debía llegar temprano que no podía esperarlo. Me dió unos cuántos billetes que no conté y me dijo que con eso pagara el taxi y fuera al mercado por alimentos. Así lo hice. Compré pescado fresco, frutas, vegetales, pan, una botella de vino, mis latas de aceitunas que no pueden faltar, una caja de camarones para Melania y coctel de frutas para Carla.

- Buenos días- La saludé y agradecí a mi vecino que colocó los bolsos sobre la alfombra a la entrada del apartamento.

- Buenos días- Melania me miró -¿ Y todo eso? ¿Te ganaste la lotería?

Dejó el ordenador a un lado y me ayudó a desempacar. Empezó a sacar cada una de las cosas que me habían regalado y las que compré, haciendo preguntas de los precios y queriendo que le diera cada detalle de todo lo que me había ocurrido la noche anterior.

- Ya te dije que no te voy a contar nada hasta que no esté Carla porque entonces tendré que hablar doble.

- Lo que pasa es que tú la quieres más a ella- Hizo pucheros como los bebés. Melania tiene voz de niña y a veces hace gestos de bebé que nos hace reír siempre pero es muy responsable y seria con sus estudios y en las labores de la casa.

- No es así, las quiero a las dos igual- Le contesté abrazándola en el momento que salió Carla.

- ¿Y no hay un abrazo para mi?- Abrí un brazo para que se uniera, Melania también lo hizo y nos abrazamos las tres-¿ Qué celebramos?

- La venida de Filippo- Respondió Melania riendo.

Carla siguió para la cocina a preparar el desayuno, Melania y yo la seguimos y nos sentamos en las banquetas del desayunador y les conté todo lo sucedido en la noche anterior.

- Yo todavía no entiendo porqué sigues con Filippo si te encanta el Puma- Comentó Carla mientras desayunábamos.

- Es que Filippo le da lo que no le da el Puma y a la vez el Puma le da lo que no le da Filippo- Esto último lo dijo Melania moviendo las caderas.

- No seas pesada- le di una palmada suave en el hombro y luego dije con seriedad - Es que realmente no he podido separarme de Filippo, ya son unos cuantos años con él y cada vez que digo "Ahora si, hasta aquí" se aparece con más regalos, más detalles, sin mencionar lo que ya ustedes conocen de nuestra relación y que fue el primer hombre en mi vida. Y....

- ¿Y porque haya sido el primero seguirás siempre con ese vie...- Carla se interrumpió sabía que no me gustaba que le dijera viejo a Filippo. Nos miramos.

- ¿Y yo no entiendo cómo ayer me ayudaste a vestirme si sabias que iba a salir con él?. Además siempre lo haces.

- Y no lo hago por él, me gusta que te pongas mis diseños, cuando lo hago me haces sentir bien y nunca me dejas vestirte cuando sales con el Puma. - Estaba realmente seria, tal vez molesta. No dejé de mirarla, también seria, hasta que Melania nos hizo reír.

- Porque al Puma le gusta más desnuda. - se levantó, cogió su portátil y se despidió tirándonos un beso. - Hasta la tarde. Y no discutan más, parecen...

No terminó la frase, cerró la puerta del apartamento al salir dejando un aroma suave a colonia de jazmín. Carla continuó en la cocina fregando y acomodando las compras. Estuve unos minutos mirándola en silencio.

"Quince Días"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora