4-Mariposa de mi corazón.

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Shino & Hana

Era la boda de Sai y Ino, Shino veía como todas las demás pajeras, junto a los recién casados, bailaban, reían, se besaban, y le recordaban lo solitaria que era su vida.

Desde su mesa tomaba directamente de la botella de sake y rodaba los ojos con desprecio.

Definitivamente odiaba las bodas.

En ese momento se sentaron Kiba y Lee a ambos lados de él y imitaban su gesto. Tres solteros ya artos de que sus amigos se estén casando.

-¿Están pensando lo mismo que yo cierto? -dijo Kiba.

-¿Fingir que te caes de ebrio para romper unas cuantas cosas y acostarte con el primero que se te pare enfrente? -dijo Lee.

-Eso suena bien. -dijo Kankuro uniéndose.

-No, me refería a todas las bodas, todos se están casando y nosotros aquí, alimentando insectos, malcriando a un perro, jugando con títeres y viendo babeante a alguien que cree inalcanzable.

-¿Quién es ese? -dijo Lee.

-Bueno yo soy el de los títeres, así que ten la desencia de disimular cuando mires a mi hermano. -dijo Kankuro.

Lee se sonrojó y tomó un trago.

-Lo sé, soy patético.

-Ve a hablarle Lee. -dijo Shino.

-No Shino, es que... Míralo, es tan genial, de seguro me mandará a la mierda en un segundo.

-No lo hará. -dijo Kankuro.

Lee arqueó una ceja y Kankuro asintió, inmediatamente entendiendo que en realidad Lee si tenía una oportunidad con el kage.

Lee se levantó y fue hasta el, Gaara lo recibió con una sonrisa.

-Bien, ahora habrá otra boda, ¿Que hay de nosotros?

-Kiba, disfrútalo, has cosas que nuestros amigos casados no podrán, diviértete. -dijo Shino.

-Ya me cansé de divertirme, mejor me voy a caminar.

-¿A caminar? -preguntó Kankuro.

-Si, conozco todos los lugares hermosos que hay en konoha, espero encontrarme con alguno. Bueno, adiós.

Kiba se levantó.

-¿Puedo ir? -preguntó Kankuro.

-Ammm, si, por supuesto.

Kankuro y Kiba salieron del lugar mientras Lee sonreía y conversaba con Gaara.

Shino se quedó solo en la mesa viendo a todas las parejas bailar y disfrutar de la fiesta de boda.

De pronto una chica se sienta en una silla junto a él, tenía un vestido corto negro, y las marcas que muestran el clan al cual pertenece brillando en sus mejillas.

-Hola Hana. -dijo Shino con confianza.

-Oh hola Shino, ¿Que tal estás?

-Aburrido.

-Por cierto ¿En donde se metió el tarado de mi hermano?

-Salio a dar un paseo con Kankuro.

-¿Ya se le declaró?

-Aún no.

-Agh.

Shino se levantó, la fiesta no pensaba acabar y el ya estaba cansado y aburrido.

-¿Te vas?

-Si, estoy muy aburrido, quiero irme a casa.

-¿Que me dejas a mí? Casi no conozco a nadie, solo vine porque Ino me invitó.

-Conversa con alguien, así conocerás a gente nueva.

-¿Y porque no lo haces tú?

-Conoceré a alguien, tal ves me la lleve a la cama y ya, pero igual cuenta ¿No?

Hana rió y Shino comenzó a caminar por entre la gente hasta salir del lugar.

Metió sus manos entre los bolsillos de su abrigo y comenzó a caminar por la solitaria calle.

-¡Shino! ¡Espera!

Shino se detuvo y se giró encontrandose con Hana.

-¿Sucede algo?

-No, nada.

-¿Entonces?

-Me estaba preguntando... ¿Quieres llevarme a tu casa?

-¿Porque lo haría?

-Para pasar la noche conmigo.

-Eres la hermana de Kiba, no es correcto.

-¿Prefieres que me vaya con un desconocido que contigo que eres de confianza?

Shino lo pensó unos segundos.

-Si, definitivamente prefiero eso.

Hana rodó los ojos.

-¿Es porque soy mayor que tú?

-No es por eso Hana, simplemente es porque eres la hermana de mi mejor amigo.

-Vale, vale, olvidalo entonces, aceptaré la propuesta de ese borracho de la esquina.

-¡No hagas eso!

-¡Y que más da! Tu no quieres tener sexo conmigo, de seguro eres de lo que lo romántizan todo.

-Si Kiba se entera me mata.

-¿Y quien se lo dirá? ¿Tus insectos?

-Estas loca.

-Agh como sea, adiós.

Hana se dió la vuelta pero Shino la tomó de la mano.

-En mi casa entonces.

Hana sonrió y se posó a su lado.

Ambos comenzaron a caminar, Shino se debatía en sí era correcto hacerlo con ella, justamente ella, era hermosa, si, tenía unos pechos que... Bueno, es hermosa, pero es la hermana de su amigo.

-Tranquilo, Kiba no se va a entrar. -dijo ella adivinando los pensamientos de Shino.

Llegaron a la casa de Shino, una hermosa casa tipo cabaña rodeada de un bello jardín repleto de flores.

-Wao, este lugar es hermoso Shino.

-Si, me esforcé mucho para crear el lugar perfecto para mi y mis insectos.

Ambos entraron a la casa, Shino caminó a la cocina en busca de unas copas de vino.

Hana comenzó a mirar la casa, esperaba que fuera rústica y varonil pero en cambio encontró una casa cálida de colores claros, rodeada de flores naturales.

-¿Vamos a la habitación? -le preguntó Shino con la botella de vino y las copas.

Hana lo miró, su corazón se estrujó en su pecho y se aceleró, inconscientemente Hana se imaginó viviendo ahí, con el, con sus perros y sus insectos, rodeada de la naturaleza y de verdadera calidez.

-¿Hana? ¿Estas bien?

-Yo... Si, estoy bien.

Shino dejó las cosas en la mesita frente al sofá y caminó hacia ella, acarició su mejilla y posó su otra mano en su cintura.

-¿Lo sientes verdad?

Ella suspiró y asintió.

-Comodidad, calidez, confianza... Amor.

Shino sonrió y terminó de acercarse a ella para besarla.

Esa noche no hicieron el amor, solo se quedaron acostados en el sofá abrazados, conversando de cosas triviales y completamente convenidos de que querían pasar el resto de su vida así.

Aúnque primero vivirían un día a la ves.

Familias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora