Capitulo 2

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Splendid llega a la casa de Lammy, para luego tocar la puerta y ser recibido por la pelimorada con rasgos de oveja, junto con su amigo pepino, el cual claro que no es un pepino común y normal, no es un asesino serial que curiosamente cuando nadie ve el mata y todos piensan que fue Lammy, sospechoso ¿No lo creen?

-¡¿Y tu que sabes narradora?!-Le dijo al cielo.

-Mejor entremos para hacer los pasteles-Decía el peliazul mientras entraba a la casa de su amiga y evitaba una posible pelea con un ser omnisciente.

Adentro ya se encontraba Petunia limpiando y arreglando todo, para ser un zorrillo es demasiado quisquillosa con eso de la limpieza.

-La suciedad trae enfermedades-Decía la peliazul mientras limpiaba.

-Ya deja eso Petunia, ¿Cuanto le falta Giggles para llegar?-Preguntó Lammy.

-Dijo que no tardaría-Después de decir eso se escuchó que alguien más tocaba la puerta.

-Yo abro-Se ofreció la ardilla azul y fue a abrir.

-Hola Splendid-Saludo la ardilla rosada con una sonrisa.

-Hola Giggles, hola…-Al ver quien más la acompañaba no pudo evitar quedar paralizado.

Al frente de él estaba el amor de su vida, Flippy, el cual también lo saludo con una sonrisa que dejó aún más enamorado al superhéroe, cosa que no pasó desapercibida por las tres chicas, las cuales se miraron diabolicamente sin ser descubiertas por los dos chicos.

-Flippy, Giggles, pasen, pasen-Dijo feliz la pelimorada mientras hacia un lado al héroe.

-Gracias-Agradeció el peliverde mientras entraba a la casa.

-Le está diciendo a Flippy que podría ayudarnos a probar los postres para la fiesta del te-Decia la pelirosa mientra entraba también.

-Eso sería maravilloso-Dijo esta vez la de rasgos de zorrillo-Te encantaran los pasteles de Splendid, es un gran cocinero-.

-Si un maravilloso chef-Le siguió Lammy mientras acomodaba a Sr. Pickels en la mesa.

-¿Ah sí?-Preguntó el ex-militar mientras miraba al más bajo, solo conocía al héroe por vista, pero nunca llegó a saber nada más de él aparte de que era el "protector" del pueblo y que leía libros ya que iba seguido a la biblioteca.

-Jejeje-Ríe nervioso el de mascara roja- N-No es para tanto-.

-Tan modesto nuestro Splendid-La de moño rojo le dio unas palmadas a su amigo muy divertida por la situación- ¿Qué tal si ayudas a Flippy con las bolsas de harina?-Dijo mientras empujaba a la ardilla voladora hacia el oso haciendo que queden muy cerca.

-E-Eh…¡Claro!-Dijo mientras tomaba unas bolsas de harina y se alejaba.

Eso extraño un poco al soldado, pero decidió ignorando, mientras que las tres chicas se miraban con complicidad, ya que sabían muy bien que su amigo superhéroe sentía algo por el oso, así que decidieron ayudarlo ya que sin nada que distraiga a Flippy esta vez sí notaría a Splendid.
Y como dicen por ahí, cuando las mujeres se juntan hasta el diablo les tiene miedo, hicieron que esos dos pasarán más momentos solos, cosa que ponía de nervios al azulado, pero no iba a perder la oportunidad de estar con su crush.

Mientras que el ex-militar solo notaba lo extraño que se comportan las chicas como estas soltaban risitas, o como ponen cualquier excusa para dejarlo solo con la ardilla voladora.
Pero no le desagrado eso último, al contrario tuvo la oportunidad de tener una conversación amena con el de masca roja, además que le contagió su energía, no había notado lo energético que era el héroe.

-Habla demasiado-Se quejó Fliqpy.

-"Callate que no pedí tu opinión"-Pensó el lado "cuerdo" del oso.

-¡JAJAJAJA! ¡Te dijo loco!-Se burló sacándole un gruñido a su otro yo.

-¿Pasa algo?-Pregunto Splendid al ver el señor fruncido del más alto.

-¡Ah! No, no es nada-Dijo mientras se rascaba la nuca.

-Mmm...bueno-No estaba muy convencido, pero no iba a obligarlo a que le diga.

-¿Y en donde aprendiste a cocinar?-Cambia rápido de tema.

-Oh bueno….En uno de los hogares que tuve, tenia una…'mamá' que me enseño a cocinar-Al ver la cara de confusión del mayor decidió explicarlo-Yo no tuve una familia por haci decirlo, siempre cambiaba de casa adoptiva o orfanato porque causaba muchos problemas con mis poderes-Decía mientras concentraba su mirada en el pastel que preparaba.

Eso sorprendió al de rasgos de oso, no esperaba que el más bajo le tuviera la confianza de contarle sobre ese pasado que tenía, y menos saber que el chico era un huérfano que nunca encontró un hogar donde sería recibido.
Podría simpatizar con él, aunque él tuviera padres no se sentía como una familia o un hogar, su madre nunca estuvo para él y su padre desde el minuto uno quería deshacerse de él, lo logró mandandolo con la milicia, haci que podría comprender a Splendid.

No lo pensó mucho y tomó la mano del peliazul apretandolo un poco, esto sorprendió a la ardilla y miro el más alto, encontrándose con esos ojos verdes oscuros, tan profundos como si se estuviera adentrando a un bosque lleno de vegetación simplemente cautivante.
Lastimosamente tuve que interrumpir esta agradable escena porque, chico el pastel, recuerda que estás cocinando.

-¡Si ya se!-Se quejó molesto mientras se ponía los guantes de cocina para poner el pastel en el horno, intentando que nadie notara su sonrojo.

El de rasgos de oso solo rió divertido, después de hornear y decorar los pasteles, le dieron un poco a Flippy para que los probara, este gustoso prueba los pasteles quedándose maravillado por los postres sobre todo por el del peliazul, el mejor que ha probado en su vida.

-¿Qué te parecieron?-Preguntó Petunia.

-¡Están deliciosos! Mas el tuyo Splendid las chicas tenían razón eres un gran cocinero.

Ahora la cara del héroe era igual de roja que su máscara, si no fuera porque tuviera a Flippy enfrente hubiera gritado de la emoción, las chicas solo soltaron risitas divertidas por las reacciones de sus amigos.
Después de acomodar todo y invitar al oso a la fiesta del té, se fueron de la casa de Lammy para ir a la suyas, claro que el héroe aprovechó esa caminata para seguir conversando con el peliverde, hasta que llegaron a la parte donde tenían que separarse por que sus casas estaban en diferentes direcciones.

-Adiós Flippy-Dijo la ardilla voladora mientras prendía vuelo.

-Adiós Splen, nos vemos mañana-Dijo el ex-militar.

Cuando el héroe estuvo lo suficientemente lejos de su amor platónico, por fin pudo sacar todas sus emociones a la luz, grito y vuelo mientras reía como loco, super feliz porque pasó el tiempo con la persona que amaba, tanta era su felicidad que no noto que causaba accidentes y muertes por el descontrol que tuvo de sus poderes.

-¡EL MEJOR DIA DE MI VIDA!-Grito mientras abrazaba una esponjosa nube y ahogó otro grito en ella.

Sin duda actuaba peor que una colegiala enamorada, pero cualquiera hubiera actuado así con tan solo haber pasado un día hablando con su amor platónico.

Las aventuras de un heroe enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora