⠀⠀⠀⠀⠀⠀The Sharpest Lives ⠀⊳⠀ Las vidas intensas que vivían la susceptible Virginia Woolf y el suicida Osamu Dazai en una relación de ambivalencia. La culpabilidad será una pesadilla constante con la que los jóvenes serán incapaces de convivir, pero...
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«¿VIRGINIA WOOLF? No me hagas reír; ¡la multitud encontrará molesto a alguien tan sensible!»
Hay un lugar en la oscuridad donde los animales van. El de los humanos en Yokohama, es la Port Mafia. Allí puedes arrancarte la piel en el resplandor caníbal, viviendo frente a frente con el verdadero instinto del ser humano: el verdadero animal.
Desde que vive en Japón, la Port Mafia ha sido su hogar. Sí, así es como le llama a aquella paroniria en la que vivía desde los quince años por culpa de unos avariciosos padres. La llegada de un nuevo Jefe parecía suavizar la situación aunque ese abismo solo esté haciéndose más ancho; salir de él forma parte de la carrera por la supervivencia en ese lugar de oscuridad, quedarse atrás significa la muerte. Pero de eso se trata llevar una de las vidas más agudas.
Por mucho que carezca de fortaleza física, lo compensa con su habilidad, que es una forma de poder totalmente distinto a lo que se conoce; «Las Olas» le otorga la capacidad de controlar su entorno a través del habla. En tanto Ougai Mori supo de esto, decidió que era una espectacular idea explotar todas las capacidades de su habilidad, cuyos límites exactos se desconocen. Lo que se sabe de esta habilidad es información altamente confidencial a la que solamente el Jefe de la mafia puede acceder, ni siquiera la División Especial de Poderes Inusuales ha podido siquiera recopilar esta información. Es por ello que el «Caso Woolf» resuena entre las paredes de la base de operaciones del servicio secreto.
Otro nombre con alta repercusión es el de Osamu Dazai, solo que de él se habla bajo la sombra de la Port Mafia. El entonces Ejecutivo de la organización, un hombre brutal y metódico, parece siempre estar en juerga y eso se nota. Haría cualquier cosa con tal de olvidar el oxidante mundo y la vida de la que tanto quiere deshacerse. ¿Quién hubiera pensado, sin embargo, que el ejecutivo más temido de la Port Mafia albergaría sed de misericordia y un deseo de autoindulgencia?
