4. Cambio de estación

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La gente iba y venía como peces en el mar, unos más apurados que otros, mientras tanto, me encontraba mirando en dirección a aquel chico que solo venia en invierno y que por cuestiones sentimentales escapo de su ciudad para repentinamente lesionar a mi corazón y como paloma al viento regresar a casa sin mirar atrás.

- ¡Elio!, no tienes que irte.

-Creí que no querías verme, ya te hice demasiado daño ¿no es así?

-No me importa que tu- su voz se quebró al momento de interrumpirme.

-Pero a mí sí, no quiero vivir así, haciéndote daño – sus palabras entre sollozos salían y mi alma las recibía como estacas a mi ser.

-No puedes irte y dejarme así.

- ¿Por qué?, puedes encontrar a alguien mejor que yo.

-Mejor que tu no hay nadie.

-Hay un chico que esta lastimado, un chico que lastima a los demás sin razón- Bajo la cabeza y yo lo entendí, él era ese chico.

-Pero el chico no lo hace a propósito, sé que el chico puede sanar, puede...

-No creo que esté listo.

-Lo esperare.

-No te hare perder el tiempo, no creo poder volver a verte.

Ambos estábamos al borde de un precipicio del cual no estamos seguros de poder salir si caíamos en él. Lo abrace trayéndolo contra mí.

-Podemos intentarlo.

-Sabes que será difícil.

-Pero es posible, podemos lograrlo si ambos nos esforzamos.

-No creo que la solución sea esa.

-No puedes irte, tengo tanto por decirte, ¿Qué voy a hacer con todo lo que siento?

-Te pedí que no te enamores.

- ¿Me lo pediste?, ¿Esa es tu respuesta?, me dejaras con la culpa, que yo fui culpable del dolor.

-Sabias que no podíamos estar juntos.

- ¿Quién lo dijo?

-Mi familia no lo aceptara, la gente, la sociedad.

- ¿Qué importa lo que ellos crean?

-Abre los ojos, no estamos en un cuento de hadas.

- ¿Por qué no podemos estar juntos?

-Porque somos dos hombres Oliver, somos hombres- su voz se cortó y dejándome caer al suelo se alejó de mí.

Era verdad, éramos dos chicos que repentinamente se enamoraron del otro, a pesar que solo el invierno lo trajera hacia mí. Ese chico que contaba las hojas de otoño para ir a Italia, era el mismo chico que dejo de ser de invierno, el que me rompió y el que dejo mis sentimientos a la suerte. Él se convirtió en un chico de primavera, abrió su capullo dejando ver su interior junto a las flores, se volvió hermoso como las mariposas. Ahora, la estación que antes fue de él parecía vacía, como mi ser.

Mi Chico del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora