7 - Percances

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Un chico acostado en la camilla de la habitación de la enfermería sería fácil de visualizar. A un lado suyo, en una silla sentado, se encontraba un hombre rubio, era Lucas. Junto al hombre se encontraba Benedikt. Lucas al igual que Benedikt leían con plena atención el diccionario que estaba en manos de este segundo. A la par de los mayores se encontraban Alan y Tom, el menor se encontraba dormido mientras que el otro se encontraba mirando a la nada mientras subía y bajaba rápidamente su pierna derecha. Los tres chicos se veían agotados y algo fastidiados. Alexander, quien se encontraba en la camilla abriría los ojos poco a poco, voltearía a su derecha encontrándose con los cuatro chicos y los vería extrañado.
AB: Hola... – Se le oía cansado y con sueño pero igualmente daría una pequeña sonrisa. Al oírlo, los tres chicos despiertos voltearían con el, haciendo que incluso Tom dejara de subir y bajar su pierna.
BV: Ey... hola... – Le sonreiría igualmente
LM: Hola... ¿Como te sientes? – Se le oía cansado a Lucas.
AB: Mmh... muy cansado la verdad... – Vería a su alrededor y alcanzaría a ver que su brazo estaba conectado vía un tubo a una pequeña bolsa de sangre, tenía una sábana encima y una bata de paciente – Y con frío en el trasero... – Reiría levemente haciendo que Lucas igual riera un poco – ¿Y Albert? – Voltearía nuevamente con Lucas
TH: Lo arrestaron... – Alexander dirigiría su mirada a Tom, quien habló – Aparentemente creyeron que te mato a ti, a Francis y a los otros dos hombres... y que dejo herido a Lucas
AB: Mmh... ¿Y porque no lo fuiste a ayudar? Tu viste quien me disparó a mi, ¿no? – Arquearía una ceja al preguntar lo último.
TH: Bueno... posiblemente me hubieran arrestado a mi, parecía más verídico que Albert hubiera hecho algo... ademas... lanzaron un comunicado para asesinar a Albert – Se le notaba preocupado al chico – Y bueno... sin decir que venían dos agentes para asesinar a todo el que se interponga en la caza de Albert... habían inocentes ahí... – Agacharía la cabeza.
LM: Ey... está bastante bien lo que hiciste... – Posaría su mano en el hombro de Tom – Te preocupaste por alguien más y no tanto por ti... bastante, bastante bien para venir de ti – Sonreiría levemente mientras Tom igualmente lo voltearía a ver con una pequeña sonrisa
TH: Gracias... – Asentiría levemente.
LM: ¿Sabes algo al respecto sobre esos agentes que van por Albert?
TH: Quizás... tienen una clase de suero... no estoy seguro, hay varios como ellos...
AB: ¿El suero Hano? – Preguntaría casi seguro.
TH: Mmh... no... no, no creo que sea ese... pero son fuertes, Amanda Gomez y Roger Walker
AB: Dios... ya se quienes son... – Se sentaría en su camilla quitando la sábana y tocando el frío suelo con sus pies descalzos – Hay que ir ya... – Quitaría el delgado tuvo de sus venas y tomaría su traje que se encontraba colgado en un perchero.
LM: Ey, ey, ey... ¿Te sientes bien? – Se pararía viendo preocupado al chico.
AB: Mejor que nunca – Asentiría con una sonrisa – Solo me duele un poco el abdomen, pero nada que no pueda soportar... gracias al donante de sangre.
TH: No es nada – asentiría con la cabeza y una pequeña sonrisa en el rostro. Alexander al escuchar vería la articulación del brazo de Tom donde tenía un algodón con unas pequeñas manchas de sangre.
AB: Pero Tom... – Reiría levemente – Te desconozco... – Negaría con la cabeza mientras Tom se paraba de su silla dandole la mano a Alexander, pero el chico la quitaría y lo abrazaría alzándolo un poco.
TH: OUH... ¿NO TE LASTIME? DIGO, ME ESTAS ABRAZANDO MUY FUERTE Y TIENES DOS ORIFICIOS EN EL ABDOMEN – Alexander lo dejaría nuevamente pies en tierra mientras negaba con la cabeza.
AB: Solo estoy algo alegre... – Asentiría levemente.
AR: ¡AAAHHH! – El menor quien antes se encontraba dormido, despertaría de golpe dando un grito haciendo que los tres chicos lo voltearan a ver confundidos y provocando que Benedikt, quien se encontraba a un lado suyo, igualmente lo volteara a ver soltando el diccionario del susto – Ah... tuve un sueño espantoso... – Vería a todos los chicos y luego a Alexander señalándolo con una sonrisa – Ey, despertaste... ¿Como estas?

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