𝟎𝟎𝟒

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Era el cumpleaños de Harry, y Louis tenía el regalo perfecto para ese día, el rizado no se lo esperaba ni un poquito y eso era emocionante.

Se despertó temprano y silencioso para que su ahora pequeño esposo no se levantara de la cama antes de tiempo.

Bajó a la sala y sacó de debajo de un mueble la pequeña caja con agujeros y la abrió, soltando un suspiro de alivio cuando el regalo de Harry aún respiraba y se movía.

Tomó uno de los cupcakes que su madre le había preparado el día anterior y le puso una velita rosa encendida en el.

Subió cuidando que ninguna de las dos cosas se le cayera y empujó con su pie la puerta de la habitación.

Harry estaba sentado en la cama, frotándose un ojo con el puño cerrado y todo adormilado, con los rizos por todas partes en la cara y lo miraba con cierta confusión, apostaba a que no sabía ni que día era.

— Lou...

— Feliz cumpleaños, mi amor.

Harry pareció tener un clic en su cabeza y se desperezo de inmediato, sonriendo en grande y lanzándose a los brazos de Louis.

— ¡Es mi cumpleaños!

— Si, eso me parece.

Le beso tiernamente los labios y le acercó el cupcake.

— Pide un deseo, amor.

El rizado cerró los ojos y después sopló la vela. No esperó ni un segundo más cuando el cupcake ya había sido devorado por el. Louis rodó los ojos divertido de la situación.

— Te tengo un regalo.

Harry lo miro con sus grandes ojos verdes.

Louis le limpio las migajas de la boca y le tendió la cajita. Cuando Harry la abrió pegó un grito de emoción.

— ¡Es un conejo! — Lo tomó con cuidado entre sus manos — ¡Me compraste un conejo!

— Todo tuyo, conejito — Le pellizco la nariz y vio a Harry frotando el conejo contra su mejilla.

— Es muy suave, lo quiero tanto. Se llamara Liam.

Louis hundió las cejas y aguanto la risa.

— Liam... Así se llama tu hermano, no seas cruel, bebé.

— No le diremos, además, ¡míralo! Es café y tierno, se parece a el.

Louis soltó una carcajada y beso a Harry, cuidando de no aplastar a Liam entre sus cuerpos.

— Te amo, Louis, muchas gracias.

— Te amo también, Hazz. Gracias a ti por aceptarme el resto de tu vida.

Harry soltó al conejo y se lanzó a los brazos de Louis, besándolo repetidas veces por quien sabe cuanto tiempo.

Louis le cumplió a Harry todos sus caprichos ese día.

Y todos los demás también.

Y todos los demás también

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𝐅𝐢𝐧.

pink paws • larry shortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora