sleep in the wake of the beast [Vol.1] (Yaoi/Gay)

Problemas en el baño

James LA (II)_

James  Bianchi descansaba tranquilamente sobre una suave cama, las sabanas de seda acariciaban su piel, relajándolo completamente.

Llevaba un rato en los brazos de Morfeo, en un limbo de paz que le permitía escapar por un segundo de todo el tormento que había pasado desde que había sido secuestrado. Soñaba con el hermoso recuerdo de su madre, ella lo abrazándolo con dulzura acunandolo entre sus brazos y le hablaba con amor. Cuando estaba en sus brazos podía sentir como el miedo se alejaba, dejando solo una sensación agradable de paz y comodidad. Se acurruco aun mas contra la cama para buscar ese calor embriagante entre las sabanas de seda negras, en un gesto infantil.

–Buenos Dias - Una voz burlesca y dulce lo saco de su de inmediato de sus hermoso sueño. Aún se sentía cansado y adolorido, su espalda lastimada todavía evitaba que pudiera hacer movimientos bruscos. Maldijo entre dientes a la hermosa mujer morena que entro a su habitación y ahora lo miraba con intensidad -¡Oh vamos! no me mires así con esos ojos fieros, solo vengo a cambiar tus vendajes- Ella sonrió con falsa amabilidad y compasión. La chica era hermosa, pero a él solo le causaba repulsión  esas expresiones, esa sonrisa falsamente amable, esos ojos azules que escondían repulsión y odio hacia su persona, atrás de una máscara de preocupación que servía para esconder su verdadera personalidad. La mujer frente a el parecía tan repulsiva, esta vampiresa le recordaba a alguien.

-¿Que demonios haces aquí?- Ar entro a la habitación de forma violenta. Él no pudo evitar sobresaltarse al escuchar la puerta abriéndose de forma tan violenta - Alessa - El rubio escupió el nombre de la mujer con enojo.  James miraba con algo de curiosidad y malicia la escena frente a el, aun bastante embriagado por el sueño y con sus sentidos algo flojos, solo pudo bostezar un poco mientras la conversación de los otros 2 continuaba.

-Hola Arsiii....¡ oh Vamos! no te enojes de esa forma, solo quería ver a tu nueva adquisición, es tan lindo ciertamente - Sonrió con inocencia obviamente falsa. El rey frunció el ceño aun más al verla tan tranquilamente burlesca -Ademas, si no lo cuidas mejor, alguien lo podría morder, el aroma que desprende es exquisito y se está -.

-Si lo tocas, te arrancare los brazos -La sonrisa de la rubia murió entre sus labios  al escucharlo y verlo tan enojado - ¡Lárgate de una buena vez y no vuelvas nunca más a esta habitación! -.

-¡Yo solo venia a cambiar sus vendajes! no tienes que tratarme así- La chica inflo sus mofletes con indignación. James no pudo evitar elevar elegantemente una de sus cejas para mirar a esa extraña mujer.

– ¡Oh!¿En serio? - Sus ojos brillaron con enojo mal contenido, su voz dijo de lado toda la dulzura y pasó a ser una masculina y grave . James retrocedió por instinto, golpeándose contra la cabecera de la cama  -Se perfectamente que cuando me fui, James no tenia manchas de lápiz labial rojo en los labios, ¡¡curiosamente el que tu tienes puesto alessa!! - Se le acerco a ella de forma amenazante.

-¿Celoso?- Acaricio su mejilla al tenerlo tan cerca. Ar apartó su mano fuertemente. Ar era unos centímetros más alto que ella, a pesar de los tacones de la mujer  -¡Vamos amor! yo solo te amo a ti, después de todo..... yo soy tu-.

-¡¡largo!!- La corto. La muchacha miro sorprendida el arranque del normalmente tranquilo rey  -¿¡Crees que no te arrancaré los brazos o esa linda cara tuya solo por que eres parte de mi corte!? o por tu posición actual- Rio con burla. Por primera vez ese pequeño rubio le pareció realmente amenazante a James -Te doy 5 segundos para que salgas de aquí, o te juro que te sacaré a la fuerza- La chica miro a James con una sonrisa burlona, antes de dar media vuelta y salir de la habitación con paso firme. Ar saco un pañuelo de seda de entre su ropa y procedió a limpiar los labios del joven cazador.  James trato de mover las manos, pero aun estaba esposado  -Hora de bañarse- El joven no dijo nada, movió su cabeza hacia aun lado para no mirarlo a los ojos, sin decir palabra.