Estaré cambiando unas cositas en otras historias, así que no se asusten por si no las ven. Tomará un tiempo, pero ya verán <<3.
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— ¡CORRE, SAYURI! — Protestó en un gritó de alerta el chico el cual agarraba de la mano a la anteriormente mencionada, corriendo todo lo que daban sus cortas piernas.
Aunque perdieran de vista la mayoría de las enfermeras y guardias de seguridad, habían algunos que sorprendentemente no se cansaban en seguirlos.
Era una noche lluviosa y dos niños corrían en plena calle a mitad de la noche como si su vida dependiera de ello y, aunque si dependía de una tal vez de la otra no. No pareciera que se fueran a detener en algún punto en específico, solamente querían disfrutar de la libertad del momento.
— Corrimos demasiado, ¿Donde estamos? — Preguntó la pequeña y curiosa Albina mirando a su alrededor como si pudiera identificar algo en plena oscuridad siendo su único apoyo la luz tenue de la luna.
El agua caía sobre ambos y la pequeña tenía su nariz rojita, sus mejillas del mismo color debido al frío provocado. Sus ojitos llorosos y levemente rojos aunque no hubiera llorado.
— Cerca de tu casa, ya que saldrías hoy en la mañana quise traerte más temprano, ¿Mejor así, no? Aparte, así aprovechas a entrenar más tus piernas. — Él parece querer reír, pero ahora sólo se encontraba sentado en la fría acera tomando el aire perdido anteriormente.
Ambos niños yacen sentados en la acera recuperándose de aquella escapada exitosa, disfrutando de aquella noche silenciosa, solo ellos dos y nadie más.
— Gracias, Tora. — Dijo la pequeña apoyando su cabeza en el hombro del contrario quien parecía esta rojo como un tomate, estaba feliz por tener a la persona que amaba.
Kawasaki Sayuri, una joven de 16 años de edad y con una vida poco linda desde su punto de vista, desde que tuvo memoria siempre fue abusada tanto sexualmente como física, psicológica y mentalmente por parte de sus familiares, mayormente siendo su madre.
A la edad de los 13 fue internada en un hospital debido a una parálisis en sus piernas provocado por los repetitivos golpes y abusos por parte de su madre, teniendo que amputar la pierna derecha siendo reemplazada por una prótesis ya que fue la más afectada, quedando prácticamente inmóvil.
Durante cinco años estuvo luchando contra la depresión y, aunque todavía quedan secuelas lo más presente son los ataques de ansiedad cosa que son calmados gracias a su perro de apoyo emocional, Reiki.
Actualmente vive con su padre biológico, lejos de aquellas personajes que solía llamar "familia". Tiene un cariño y confianza al extremo con su padre, fue el único que no le ha hecho daño durante todo el tiempo que estuvo con ella, al contrario, la ayudó a separarse de aquellas personas y de especialmente cortar toda relación con su madre.
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蝴蝶❞ Koi.
Fiksi Penggemar/ / ⿻ ↷ 'Es un bonito cuadro, pero ¿Por qué un pez Koi?' Dijo aquel chico rubio claramente asombrado ante las habilidades de la fémina. 'Porqué siento que representan más que un simple símbolo de amor y amistad, ¿Sabes? Tú puedes darle el significa...