CAPÍTULO 19

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Victoria

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Victoria

Escandinavia

Termino de disfrazarme y me miro en el espejo. Tuve que vestirme como una monja para poder infiltrarme aquí. Me he infiltrado en uno de los monasterios que reciben a heridos y excursionistas de los bosques.

Observo mi reloj y la temperatura marca unos tres grados. El vaho se hace presente y termino de acomodarme la cofia y luego coloco el velo.

Me miro por última vez en el espejo. Mi reflejo devuelve la mirada y respiro hondo. He subido de peso, estoy recuperando mi cuerpo y al fin siento que la pesadilla está acabándose.

Mi teléfono vibra y contesto la llamada.

Zero, danke Gott —habla Merkel y sonrío.

Zero, gracias a Dios.

—Merkel, no pensé que llamarías —suelto y escucho su risa.

Tenía que hacerlo, comandante —habla y termino de prepararme —. Me han incriminado, no he cometido esos crímenes.

—Lo sé, Merkel —me coloco el intercomunicador después de sacarlo del compartimiento —. Y sé quién es el responsable detrás de tu destitución.

Sea quien sea, Victoria, quiero que te unas a mí para terminar con el bastardo de una maldita vez —me coloco el rosario que le robe a la monja que dejé inconsciente.

—Qué suerte la mía, Merkel, porque tengo algo planeado. Solo hay un problema —me miro en el espejo viendo mi imagen completa y lo santa que me veo a pesar de lo que soy —, yo no me uno a nadie.

Son detalles, Heldman. ¿Me ayudarás o no?

—Dime, ¿Aún tienes influencias en el parlamento a pesar de estar destituida?

Claro que sí.

—Pues, me es de utilidad. Espera mi llamado.

Corto la llamada y salgo del pequeño baño en el que estoy metida. Miro a ambos lados y me uno a un grupo de monjas que recorre el monasterio.

Veo cada una de mis salidas. No quiero que se me escape ningún detalle.

Heldman, unos metros más y deberás seguir por el pasillo de la izquierda —informa Hannah.

—Copiado.

Sigo sus indicaciones. Recorro el pasillo que me llevará hasta la persona que estuve buscando durante semanas. Sé que si se enteran de esto me condenarán años en la cárcel, pero no pienso dejar que Mors Rubrum gane por lo que me ha hecho.

Le quitaré peón por peón cuando menos se lo espere y solo podrá enfrentarse él a mí.

Alpha y mi familia volvieron a la Isla Torrem cuando ya estuve mejor. Así que no tienen manera de saber esto, y más si no tengo rastreador. Pero, aun así, me he asegurado de que esto no se sepa ni en Marte.

COMANDANTE INFALIBLE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora