𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 11

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-Ya hemos dejado nuestras cosas y la conferencia empieza en la noche. Estamos a tiempo, así que podemos dar algunas vueltas por acá ¿no les parece?

Yoshinori se cubrió el rostro con la mano, mientras se ajustaba las gafas oscuras sobre sus ojos y maldecía al ambiente de campo. Los zumbidos de los insectos le aguijoneaba los oídos y el calor le jodía por todas partes. Movió la mirada desde Junkyu hasta Mashiho, quien se encontraba asintiendo con la cabeza y sonriendo con los ojos brillantes de emoción.

-Anda y míralo tú, entonces. Yo no veo nada de interesante el caminar en un desierto con plantas y bichos picándote todo el maldito cuerpo.- masculló, quitándole la tapa a su botella de agua.

Junkyu suspiro con desgano.

-A mí sí me hace mucha ilusión, iré a dar una vuelta, ¿vas conmigo Mashi?

El menor volvió la mirada hacia Junkyu; la sonrisa de sus labios haciéndose más grande y siendo iluminada por los rayos del sol y el ambiente de campo. Sostuvo su bolso con emoción sobre su hombro y abrió ligeramente sus labios.

-No, él no puede- la determinada voz de Yoshinori le cortó de golpe.- Es mi empleado, ha venido conmigo y tiene que cargar mis cosas. La próxima trae al tuyo, aunque no creo que haya una próxima.

El silencio cayó como rayo del cielo. Los ojos de Mashiho perdieron su brillo y se limitó a observar todo con confusión. Junkyu suspiro otra vez.

-Bueno, no te preocupes, tendremos otra oportunidad más tarde Mashi- le elevó un pulgar y sonrió de nuevo.- Iré a llamar a mi padre para avisarle como va esto, los veo luego ¿sí?

Yoshinori elevó y descendió ambas cejas, observando como Mashiho se mantenía con el rostro repleto de confusión. Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, descendió la mirada con el rostro enrojecido y una sonrisa en sus gruesos y provocativos labios. ¿Qué? ¿No soportaba verlo a los ojos? Lo observo de pies a cabeza, notando sus jeans negros y su camiseta blanca con letras rosadas alrededor. Todo le sentaba tan jodidamente bien.

-¿Querías ir con él, no?

Se llevó la botella a los labios y lo vio elevar la mirada un poco y negar desesperadamente con la cabeza, todavía sonriendo.

-No... no, no hay problema Yoshinori- tartamudeo, casi tropezando con una roca del pastoso suelo- Si tu gustas que me quede, yo me quedo.

Yoshinori continuó caminando y no pudo evitar que una media sonrisa apática se colara entre sus labios. Su criado era un caso. Si simplemente se hubiese abierto de piernas la primera vez que lo vio en la cocina todo estaría muy distinto ahora. Pero debía aceptar que la situación era divertida. Al menos, soltando estupideces como esa, le había hecho olvidar el asco que le provocaba tener que relacionarse con gente de mierda como Junkyu.

-Creo que el paseo lo podemos dar los dos.

-¿En serio...?- la ilusión volvió a los ojos de Mashiho- Pero los mosquitos y las plantas...

-Ya no me importan. Me vale mierda eso ahora.

Mashiho se encogió un poco, todavía sonriendo, mientras sus ojos se movían hacia el campo verde que le rodeaba. Había muchos árboles, estatuas y aves revoloteando entre las hojas y las personas escaseaban porque casi todos estaban concentrados en el otro lado del campo, donde estaba el hotel y el resto de las construcciones. Nunca había visto algo tan hermoso como eso y creía no merecerse estar ahí. Estuvo al borde de caer de nuevo, pero resistió.

-A mí me gusta mucho el campo. En donde vivía había muchos pájaros y plantas como acá, pero este lugar está mejor cuidado y es más grande.

Yoshinori se mordió el labio y se acabó lo que quedaba de agua en la botella.

𝙸𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊 𝙿𝚊𝚜𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕 [𝚈𝚘𝚂𝚑𝚒𝚑𝚘] 𝚃𝚁𝙴𝙰𝚂𝚄𝚁𝙴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora