𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 09 1/2

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-No me engañes, Yoshinori, ¿en serio no eras tú?

Yoshinori tecleo algunas palabras en su notebook con brusquedad, volviéndose hacia Hyunsuk, que estaba recostado sobre una de las sillas de su dormitorio con una lata de cerveza en sus manos.

-No voy a repetírtelo una vez más Choi, ¿para qué demonios iría solo al lugar ese?

-Es que no puedo aceptar que estoy ciego tío... pero tienes razón, Haruto tampoco te vio así que probablemente te alucine o algo así.

Le lanzó una cerveza y Yoshinori la agarró en el aire, colocándola sobre sus piernas, mientras se sacaba la húmeda toalla que rodeaba su cuello y la lanzaba al suelo. El agua de su cabello se resbaló por su cuello y empapo toda su camiseta sin mangas. Maldición. Abrió la jodida lata con sus dientes y se bebió la cerveza de un trago, sintiéndola arder sobre su seca garganta.

-Es que creí que te habías ido de shopping con tu pelinegra- Hyunsuk se levantó del asiento, elevando las cejas con una risa algo sarcástica.

-¿Shopping? ¿Qué carajos es eso? No me jodas Choi, ¿o me ves cara de gay?

Yoshinori lanzó la lata de cerveza hacia su escritorio, colocando un rostro asqueado ante las risitas de Hyunsuk. Era un verdadero estúpido, pero tenía que soportarlo. Lo había aguantado más de ocho años, así que no había mucho por hacer. Además, se había olvidado de la idea de que era él al que había visto y eso era lo mejor que podía haber hecho.

-Oye, ¿no es demasiado temprano para beber?

-Nunca es demasiado temprano ni para follar ni para beber- Yoshinori se lanzó de nuevo hacia su asiento.

-Lástima que se acabaron las cervezas. Por cierto, ¿y tus padres?

-Ni rastro de ellos, si desaparecen de por vida, genial tío. Mientras me hereden todo no hay problema conmigo.

Yoshinori se encogió de hombros, tecleando algo en su celular mientras una sonrisa se colaba en su rostro.

-¿Y tu hermana? Me enteré que tiene nuevo esclavo, lo publicó en su muro con corazoncitos y toda la cosa.

El asco se incrementó en el rostro de Yoshinori, que simplemente se mordió el dedo pulgar con fuerza y negó con la cabeza un par de veces.

-Es una despreciable de lo peor, debería irse al diablo con todas esas estupideces. Si no llevase mi sangre, posiblemente la hubiese matado.

Escuché que Hyunsuk reía de nuevo y luego se levantaba, tomando las llaves de su auto y lanzándolas en el aire para tomarlas de nuevo.

-Me tengo que ir, me está llamando mi padre. Te veo en la noche ¿bien?

La puerta se cerró de golpe y Yoshinori abrió nuevamente su computadora portátil, sacando un cigarrillo de sus jeans negros. Sin embargo, el sonido de la puerta lo hizo volverse al instante.

-¿Qué te olvidaste ahora, idiota?- soltó, buscando el encendedor en todos sus bolsillos.- Pasa.

Observó como la puerta se abría lentamente y entonces la imagen que apareció frente a sus ojos no fue la de Hyunsuk, sino la de su atractivo criado, que mantenía una sonrisa en sus labios y la mirada en el suelo, sosteniendo una bandeja de alimentos, sin moverse del umbral de la puerta de su dormitorio.

-Buenos días Yoshinori, traigo tu desayuno.

Yoshnori se metió el cigarrillo entre los dientes, mientras sus oscuros ojos se deslizaban desde su cabeza hasta sus pies, recorriendo su cuerpo con lascivia. Traía una camiseta blanca y unos jeans tan malditamente provocativos. Su entrepierna reaccionó de inmediato cuando se imaginó quitándoselos bruscamente y apretándole ese bonito trasero hasta el cansancio. Los recuerdos del momento que había pasado solo en el baño, la noche anterior, aparecieron en su mente y sintió cómo su respiración se aceleraba y la sangre se le calentaba con tan solo pensarlo de nuevo. Cada vez, esto se hacía más insoportable. Si seguía de ese modo, no podría resistirse más y lo terminaría haciendo suyo ahora mismo.

Oh mierda, la puta idea sonaba tan buena y excitante.

-Lamento decepcionarte, precioso, pero ya he tomado mi desayuno- guiño, esbozando una media sonrisa algo seca, sin quitarle la mirada de encima.

Mashiho frunció el ceño, elevando un tanto la mirada y percatándose de algunas latas de bebida que estaban regadas por todas partes. Se ruborizó enseguida y le dio un breve vistazo al serio rostro de Yoshinori antes de descender la mirada otra vez. Estaba molesto, estaba molesto porque él se había demorado con el desayuno y había tenido que beber todo eso. Sintió como la vergüenza y la culpa lo invadían en todo su rostro.

-Lo siento si me demoré, pero no había frutas y tuve que salir a comprarlas...

Yoshinori le arrebató la fuente de comida y la dejó sobre la mesa de su escritorio, no sin antes tomar una fresa e introducírsela en la boca.

-No te preocupes, nene, ni siquiera tenía ganas de desayunar- le observó de pies a cabeza nuevamente.- Por cierto, cada día que te veo, estás más precioso ¿cómo le haces eh?

El cuerpo de Mashiho se entieso, mientras el rubor lo cubría con más fuerza y su corazón latía a toda velocidad, casi saliéndose del pecho, ¿por qué Yoshinori siempre decía cosas como esas? Descendió mucho más la cabeza, apretando los labios.

-No es verdad... Hay mucho desorden, ¿te gustaría que limpie tu cuarto...?

Las palabras salieron de sus labios con la mayor rapidez posible, aunque lo único que obtuvo como respuesta fue la mano de Yoshinori sobre su barbilla, elevándosela al tiempo que acortaba la distancia entre los dos. Mashiho se sobresaltó, aunque su cuerpo estaba tan tieso que ni siquiera podía moverse. Sintió como Yoshinori analizaba ambos lados de su rostro con cuidado.

-Mashiho ¿estás enfermo?

-¿Ah...?

-Siempre que te veo estas muy rojo, ¿que tienes?

La tensión en el cuerpo de Mashiho disminuyó enseguida y una risita se escapó de sus labios, aunque el calor de su rostro no hizo más que aumentar. Intentó moverse, pero la mano de Yoshinori lo sostenía con fuerza, mientras proseguía con esa media sonrisa en su boca.

-No estoy rojo...- susurro, aun riendo un tanto.

-Igual, siempre estás precioso.

La mano de Yoshinori se deslizó hacia sus mejillas y las presiono un tanto.

-Muy precioso.- masculló, al tiempo que el muchacho sonreía con la mirada en sus zapatos.

Yoshinori deslizó una mano hasta su cabeza y le separó el mechón de cabello que caía sobre su frente, colocándolo a un costado. Sus oscuros ojos seguían el recorrido de la línea de su moreno y apetecible cuello con suma atención.

-Eres una de las cosas más preciosas que he visto ¿sabes? Quizá es por eso por lo que me gustas tanto y mi corazón se acelera cuando te veo.

Mashiho sintió que su corazón explosionaba en su interior y lo abandonaba para posicionarse en su estómago y dar vueltas a su alrededor. Incluso el mundo no le parecía real, al menos, no en ese momento. Todo en él era una especie de nerviosismo mezclado con vergüenza ¿se le estaba declarando? ¿Kanemoto Yoshinori se le estaba declarando? Una ola de inocente emoción empezó a recorrerle las venas, aunque no se atrevía a elevar la mirada, no se atrevía aunque quisiera.

Yoshinori lo continuó analizando, mientras sentía que las carcajadas estaban a punto de estallar en su boca. Que gracioso y ridículo que era, ¿en serio se lo estaba tragando todo? En realidad, lo que se aceleraba al verlo no era el corazón sino las malditas hormonas que ahora lo estaban aniquilando hasta el punto de dolerle. Observó cómo el muchacho sonreía de esa forma que él tanto detestaba y tenía otro de esos "shocks repentinos de paralización" y no pudo soportarlo más. Lo tomó de esos menudos brazos y de un solo movimiento, lo hizo caer sobre su enorme cama, cayendo él encima. Observó como su criado abandonaba su shock y se daba cuenta de la realidad, mirándolo todo con incredulidad y sorpresa. Su lengua se le había paralizado también.

-¿Por qué...?

Yoshinori acomodo sus manos sobre los costados de su menudo cuerpo; sus ojos recorriendo la forma en que las gotas de agua de su propio cabello resbalaban sobre el cuello de Mashiho, deslizándose por su piel.

Y la media sonrisa de su rostro desapareció.

-El tiempo se ha acabado, nene. Quiero que me respondas ahora y no pienso dejarte salir hasta que lo hagas.

𝙸𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊 𝙿𝚊𝚜𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕 [𝚈𝚘𝚂𝚑𝚒𝚑𝚘] 𝚃𝚁𝙴𝙰𝚂𝚄𝚁𝙴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora