Entre Nosotras | Caché

Capítulo 3 - Fue un gusto

Poché despertó, y por instinto miró el reloj del buró, "2:13 a.m". Era muy raro que Poché despertara en la madrugada, volvió a acostarse. Estaba a punto de quedarse dormida cuando recordó lo que había pasado horas antes. Se sentó rápidamente en la cama y miró a su alrededor, pero el cuarto estaba vacío. Calle se fue y ella ni siquiera se dio cuenta.

Después de eso trató de dormir pero no podía, muchas cosas pasaban por su cabeza, pensaba en el beso que le dio a Calle, en como ella fue a buscarla a la habitación, lo que hicieron después, como estará Calle, si habrá significado algo para ella.

Cuando vio que era inútil tratar de conciliar el sueño, se levantó y pensó que sería buena idea salir a caminar. Al terminar de cambiarse, salió de la casa tratando de hacer el menor ruido posible. Una vez estuvo fuera de la casa, suspiró y empezó a caminar sin rumbo fijo.

Después de un rato de estar caminando, vio a alguien sentado frente al mar, se acercó lentamente y vio quien era, era Calle, ella tenía la mirada perdida, miraba hacia el frente. Poché se sentó al lado de ella y Calle no se quito, solo se quedo ahí.

— ¿Qué haces aquí? - pregunto Calle sin quitar mirarla.

— No podía dormir ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Es tarde.

— Tampoco podía dormir.

Se quedaron en silencio, ninguna decía o hacia nada, ni siquiera se miraban. El silencio se empezó a hacer incómodo.

— ¿Quierés hablar de lo que paso? - preguntó Poché.

Calle quería parecer tranquila pero no lo estaba - Solo hagamos como que nada paso. Dejemos lo entre nosotras - dijo Calle en un tono de voz bajo.

— ¿Entonces no significó nada para ti? - Calle no respondió — ¿sabes? Tienes razón. - Poché creía que era el fin de la conversación. Se puso de pie, lista para volver a la casa, pero la voz de Calle hizo que se detuviera.

— Poché... es solo que... quiero que nuestra amistad siga igual que siempre. - dijo Calle poniéndose también de pie.

— Tu sabes que ya nada va a ser igual entre tu y yo.

— Si no me hubieras besado seguiríamos igual - le reclamo Calle.

— ¿Y por qué lo seguiste? Ahora que me acuerdo, fuiste a buscarme a mi cuarto buscando algo más.

Poché hablaba y Calle nada.

— No todo es culpa mía. Y otra cosa, tal vez tu estarías como si nada, pero yo no... yo llevo años enamorada de ti.

— ¿Y crees que es fácil para mi?... ahora no se con que cara voy a ver a Javier. Yo lo quiero. - al fin Calle hablo. Poché soltó una risa irónica y siguió

— Si lo quisieras lo suficiente no te hubieras acostado conmigo.

— Solo lo hice porque... porque quería saber como se sentía con una mujer - dijo Calle y Poché arqueó una ceja.

— ¿Tan malo es Javier en la cama, como para que tengas ganas de probar con una mujer? - Poché se rió sin una pizca de humor — ¿Y yo que tal? ¿quedaste satisfecha? - preguntó Poché con tono enojado y burlón.

— No. Ni siquiera me gustó.

— Tus gemidos y tus súplicas para que no me detuviera me dicen lo contrario.

Calle no contestó, solo miró a Poché con la mandíbula tensa. Las dos se miraban con intensidad.

Calle estaba enojada porque sabía que Poché tenía razón. Y Poché estaba enojada porque Calle admitía que solo estuvo con ella para eso y negaba que le había gustado.

No dijeron otra cosa, se quedaron en silencio, mirándose. Eso hizo que hubiera una gran tensión entre ellas dos. Calle miró los labios de Poché y rápidamente regresó su mirada a sus ojos, Poché sonrió, la estaba provocando. Decidió jugar un poco, así que se acercó y comenzó a rozar sus labios con los de la castaña, Calle cerró los ojos y suspiró. Espero el beso pero no hubo ninguno. Poché se separó.

— Ya no quiero seguir lastimandome Calle. Fue un gusto haber sido tu mejor amiga por tantos años.

Sin decir otra cosa, Poché dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso a la casa de playa. Apenas Poché se alejó unos metros, las lágrimas hicieron su aparición, le dolía y mucho.

Calle se quedó inmóvil viendo como Poché se alejaba.

— Estoy tan confundida.

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