La guerra era el peor mal que cualquiera podía temer, Bumblebee lo sabía muy bien. Perdió a su mentor, a sus amigos, bots a los que consideró familia. En ese contexto no necesitabas ser anciano o estar enfermo para unirte al allspark. Simplemente pasaba, un día en que no fuiste lo suficientemente rápido, lo suficientemente ágil, lo suficientemente listo, lo suficientemente fuerte... Simplemente pasaba.
Dolía, dolía mucho... Por lo menos las primeras veces. Los primeros cadáveres de conocidos, amigos de toda la vida tirados en el suelo, sin chispa y bañados en su propio energon. Dolía. Dolía porque sus cuerpos inmóviles estaban destinados a oxidarse en el suelo metálico, sin entierro, sin rezo, sin llanto.
No había tiempo para llorar, aunque sintieras que algo te destruía desde el interior. La muerte sería algo cotidiano dentro de poco, cuando el bando contrario se volvió más fuerte y los sobrepasaba en número. Cuando ya no sólo se limitaban a matar bots del bando contrario, sino también a civiles. Bots inocentes que sólo querían todo fuera como antes.
¿Pero es que acaso antes fue diferente?
No... Por lo menos Bumblebee no lo creía. No vio la era dorada pero, según la información que tenía en sus manos, no era tan diferente. Era igual, pero con una visión más endulzada. Así, los Autobots gozaban de los privilegios mientras los Decepticons morían de oxido y cansancio como esclavos.
Esta era su venganza, pero ¿por qué los culpaba a todos? Cybertron siempre fue manejado por pocas manos, no era como que todos los Autobots quisieran a los Decepticons como esclavos. De hecho, poco se sabía acerca de los cons muriendo por sobreexplotación.
Bueno, tal vez ya no valía la pena preocuparse por eso, no lo llevaría a ningún lado. No podía viajar al pasado y alertar, no podía salvar a los que ya habían muerto, no podía recuperar su módulo de voz... No podía salvar al amor de su vida.
Aún recordaba sus ópticos, sus hermosos ópticos rojos que lo atrapaban por completo. ¿Valía la pena recordarlo?
Cada segundo....
Un horrible vacío en su pecho era poco precio a pagar con tal de recordar su hermosa mirada, su sonrisa, sus recuerdos, la vida que habían planeado y que ahora solo era un sueño frustrado.
Fue difícil.
Tantos camaradas perdidos, creyó que ninguna muerte dolería... Hasta que esa llegó.
No podía creerlo, debía ser un sueño. Ella jamás moriría ¿verdad? Jamás faltaría a su promesa. La vida juntos, sus Sparklings, su vejez, su amor.
Tal vez él mismo estaba en coma, ya sabes, tal vez recibió un fuerte golpe y estaba en un profundo sueño donde su preciosa femme había muerto. Pero en cuanto él logrará despertar ella estaría ahí y podría besarla, abrazarla hasta el fin de su existencia con su eterno amor.
No, no podía estar en coma. Habían pasado meses, y los niños humanos que ahora merodeaban en la base se miraban muy reales. Las llaves de Ratchet se sentían reales, el ataque de scraplets se había sentido más que real. Entonces ¿dónde estaba ella?
Ah, sí, está 2 metros bajo tierra. Sus ópticos estaban nublados, su sonrisa borrada, su pintura oxidada... Su chispa extinguida.
Sí, ya lo recordaba. Fue ese día, hace 7 años terrestres, cuando las reservas eran críticamente bajas y estaban desesperados por energon. Estaban débiles, cerca de la muerte por falta del combustible. Los Decepticons acaparaban todas las minas conocidas, los Autobots no tenían los medios para encontrar otras minas inexploradas. Su única opción fue pelear.
De esa forma, durante el asalto a una pequeña reserva Decepticon, un disparo directo a la Spark del mech amarillo terminó impactando en el abdomen de la femme con ópticos rojos. Oh, ya lo recordaba. Todos con ópticos bien abiertos, cámara lenta, mundo desmoronandose, aceite goteando de sus ópticos y su chispa agrietada por el dolor.
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Bumblebee One-Shots
Short StoryNuevo libro de historias cortas sobre nuestro explorador favorito. En su mayoría serán One-Shots de la saga "El Ultimo Sparkling" aunque también me pueden hacer sugerencias acerca de otros one-shots o incluso lemmons (+18) que quieran ver.