2050
Algiphys, Egipto
LUCIANO—¡Hey!, llévalo a la cochera y limpia el interior —lanzo las llaves de mi Porsche 911 Turbo S a… ¿Jill? ¿Phill? Realmente no me importa su nombre—. Mierda, no estoy en condición para esto —susurro mientras subo las inmensas escaleras de la mansión Hassan.
—Bienvenido, señor Marchetti. La señorita Sacmis esta en el living. —asiento y camino sigilosamente esperando espantarla.
—Buu —grito sobre su oído y se sobresalta.
—¡Idiota! —me grita, tratando de pegarme por encima de sus hombros—. Te he dicho que no me asustes así.
—No estamos de humor ¿Eh? Ven, dame un abrazo que te extrañe mucho —digo mientras me siento junto a ella pasando mi brazo por sus hombros. Al instante lo golpea y me quita el brazo—. ¡Hey! Quiero abrazar a mi prometida y lo haré —digo regresando mi brazo a su lugar.
—Idiota —refunfuña—. ¿Dónde estabas? No puedes irte por casi medio año y volver como si nada.
—Por ahí, por allá —digo intentando sacar la cajetilla de cigarros de mi bolsa del pantalón, pero al darme cuenta que no me queda ni uno la lanzó lejos por alguna parte de la casa—. ¿Por qué? ¿Me extrañaste?
—¿Volviste a fumar? —pregunta irritada.
—Son vacaciones Sacmis, deja de ser tan controladora con todo el mundo —respondo irritado— no me hagas arrepentirme de venir.
—Por mi, puedes irte —dice lanzando lejos mi brazo de sus hombros— no es como que hagas mucha falta.
—¿Dónde está tu perro guardián? ¡Seth! Ven perrito —llamo.
—No le digas así —voltea sus ojos y rio— fue a hacer un encargo con Sejmet. No tarda.
—¿Eso quiere decir que estamos sólitos? —susurro mientras me acerco a ella y la envuelvo en mis brazos. Trata de apartarme pero eso hace que nos resvalemos del sillón y terminemos en el piso.
—Ya déjame, Luciano. No es divertido.
—Quítale las jodidas manos de encima, Marchetti —gruñe Seth haciendo su esperada aparición. O esperada al menos para mí. Me encantaba fastidiarlo.
Volteo a verlo con una sonrisa burlona sin soltar a Sasa. —¿Por qué? Es mi prometida, ¿Qué no? —dije paseando mi mirada de uno a otro. Sasa me mira suplicante, suelto un suspiro y nos levanto. Avanzo hasta Seth y lo envuelvo en un abrazo fraternal chocando la palma contra su espalda—. Mi buen amigo Seth. Dile a Sasa que no sea tan hostil, soy su futuro esposo. Se tiene que acostumbrar a estos acercamientos —digo haciendo un mohín con la mano.
—No será tu jodida esposa, no se tiene que acostumbrar a una mierda, y es Sacmis, para ti —gruñe en un tono bastante amenazante—. No me provoques, Marchetti — advierte apuntándome acusatoriamente.
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Russian Roulette | 1.0 - Mundo Criminal
General FictionViera Petrova es la hija de la mafia rusa, se ha propuesto descubrir quien ha matado a su madre, y para ello se infiltra en los secretos de La Casa Morte: una organización creada hace años, encargada de preparar a las nuevas generaciones de la mafia...