___¿𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑾𝑶𝑹𝑳𝑫?___
『𝘾𝙝𝙞𝙘𝙤𝙨 𝙂𝙚𝙣𝙨𝙝𝙞𝙣 𝙄𝙢𝙥𝙖𝙘𝙩 𝙭 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙖』
(T/N) (T/A), una chica cansada del mundo real que decide suicidarse por no encontrar solución por donde fuera si no estaba su hermano mayor con ella. Por algu...
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¿𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃? 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎
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El sonido de las gaviotas fue su despertar. Sus ojos estaban cerrados pero de todas formas la luz del sol la empezaba a despertar poco a poco. Se escuchaba el sonido del agua, lo cuál era muy extraño ya que murió en el centro de la ciudad de tokyo. Su cuerpo se encontraba recostado en un suelo de pequeñas piedras. Su ropa se apegaba a su cuerpo por un líquido frío, al igual que su cuerpo estaba mojado.
Su ceño se arrugó abriendo los ojos.
—Quién putas dijo que en el infierno había fuego.
Se levantó con las manos en los costados para estar sentada. Sus manos tocaron la delgada arena. La acarició unos segundos. Era demasiado buena. ¿¿Estaba en él paraíso??
Observó hacía el mar azul cristalino. No tenía olas, tal vez por la tranquilidad o era un tremendo lago. Sus ojos muertos escudriñaron el lugar. Estaba en el medio de una playa, con su ropa seca, que seguramente debióestar mojada anteriormente. Se sorprendió al mirar hacia los costados y que hubiera gigantes acantilados. Estaba en un lugar completamente diferente a él tecnológico Japón.
—Oh —una voz varonil escuchó cerca suyo—, ¿ya estás despierta?
Giró un poco su cabeza hacía la dirección de la voz. Su cabeza se quedó helada. Era un chico de su edad con el pelo rubio brillante que estaba estaba trenzado. Tiene complexión delgada, ojos de color amarillo dorado y piel clara. No sabía muy bien en que consistía su ropa, era extraña y particular, de tonos cafés, negros, blancos y dorados.
Lo más extraño de todo aquello era que el Dios griego en miniatura parecía brillar más que la luz del sol a los 35 grados.
Su pelo se balanceaba irrealmente y su sonrisa expresaba pureza.
"Mis ojos han sido bendecidos por la presencia de un ángel, no merece ser visto por esta alma pecadora que vió Killing Stalking en una noche" Se dijo a sí misma, preparada para alabar a su nuevo dios. Aunque era atea de nacimiento.
—¡Me alegró tanto que estés bien! —se arrodilló en la arena para estar a su altura, sin darse cuenta del estado de congelación de la contraria—. Te encontré a las orillas de la playa, decidí traerte aquí para que tomarás un poco de sol para calentarte un poco.
"Más encima se preocupa por un extraño, snif, ¿Dios, eres tú acaso?" Palmeó su boca, tratando de no chillar por sus gestos y también de vomitar por la dulzura.
