PARTE DIEZ

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一Hyunjin, ¡Mira, son los carritos que chocan!一 Seungcheol llevaba a la chica de la mano hacia el lugar, siguiendo su plan principal. Tras ellos, iban Joshua y Jeonghan caminando el uno al lado del otro en un incómodo silencio que el mayor decidió interrumpir.

一Supongo que aquí estamos otra vez.一 Le dijo, algo nervioso. Joshua hizo un rostro de incomodidad y asintió, dándole la razón mientras veía a su mejor amigo llevarse a la chica hasta los carros.

一Síp.一 Hong toma sus propias manos detrás de su espalda, apoyándose en sus talones y balanceándose de atrás hacia adelante. Jeonghan se acerca un poco más a él y susurra en su oído.

一Creo que estos juegos de niños son algo aburridos, ¿Te apetece ir a la casita del terror?一 Joshua sintió los vellos de su nuca erizarse y un escalofrío recorrió su cuerpo por completo.

Por un momento se iba a negar, pues el plan de su amigo no funcionaría si aceptaba, pero antes de poder hablar, Jeonghan tomó su mano y prácticamente lo arrastró hasta el lugar.

Joshua no quiso mirar atrás, porque si lo hacía, vería la sonrisa de Seungcheol y querría quedarse ahí, para hacerlo feliz. Pero también debía pensar en su felicidad, ¿No? Así que se dejó llevar, hasta que ambos llegaron al frente de una especie de habitación decorada como una casa abandonada no muy grande.  Hicieron una pequeña fila juntos, aún sin soltar sus manos, y al fin entraron.

Por cada lugar que pasaban había alguna figura intentando asustarlos. Joshua lanzaba pequeños gritos de vez en cuando y sentía como Jeonghan se apegaba cada vez más con la excusa de tener miedo, sin saber si era verdad o no. Lo dejó de todas formas, porque no le molestaba su cercanía.

Hannie, creo que nos perdimos.一 Susurra Joshua, algo asustado al no ver al resto de personas. Ni siquiera se escuchaban gritos por ahí cerca o algún indicio de que quedaban personas.

Contrario a lo que Joshua pensó, su amigo lo hizo parar. Volteó confundido y pudo encontrarlo demasiado cerca. Su respiración se agitó y su corazón comenzó a latir con rapidez.

一Me dijiste Hannie.一 Susurró Jeonghan esta vez. Joshua logró sentir su aliento contra sus labios y las ganas de besarlo incrementaron.

Gracias a la escasa luz no pudo ver mucho de su amigo más que sus ojos, pero aquello le fue suficiente para saber que él quería lo mismo.

Jeonghan miraba sus labios.

Si fueras míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora